Wednesday, December 24, 2008

La vía mágica en la historia

Por CARLOS LOPEZ DZUR

Leí este poema tuyo («Los dientes»), publicado en Auras Serenas, cuyo lenguaje metafórico me gusta. Ese comienzo, «dientes de la locura», me gusta. Me recuerda que en el mundo hay mucha acusación, intolerancia, y uno se vuelve sospechoso, por no pagar con la misma moneda y orillarse en soledad. ¿Pero es locura navegar contra la corriente?

Ahora bien, sobre todo, me interesa cuáles son tus «propuestas». Bien que las imagine porque ya me has compartido algo; pero mi inquietud personal es cómo me veo yo en ellas, siendo que nos interesan las mismas propuestas, aunque las busquemos en caminos paralelos, pero distintos.

La Gárgola, otra metáfora, que vale la pena que explotarse. Sugiere mucho. Me recordó al gigante Gargantúa de la novela de Rabelais y como escupen los grifos sobre los desagües; me sugirió a los monstruos de los bestiarios medievales. ¿Es la Gárgola la que agrede? La piel serena, con su ternura, suele ser escupida por los intolerantes y los envidiosos.

¿Recuerdas aquel lema contracultura de Goya que habló que el Sueño de la Razón / Cordura / produce monstruos? Produce gárgolas y hace gárgaras con nuestra ternura y nos escupe.

El problema es que la cordura contemporánea es racionalística, reduccionsta, logificadora y absoluta. Le falta genio y magia. La imaginación sublime. Si uno quiere hablar sobre la realidad, lo Real, debe conocer cómo se percibe la misma desde la Razón y el Corazón; intelectual y espiritualmente.

Tristemente, la Razón es muy incrédula para ver las propuestas de la magia. Esto es, las propuestas del misterio y la profunda intimidad que está llena de paradojas.

Hay un dicho judío, debe ser un versículo, que compara nuestras almas con bueyes. Eso es lo que es la razón cerebral, sin el espíritu, una razón bueyuna. Somos como el animal que observa la grosera realidad física, sin imaginar los retos de su proceso y su causa.

¿No decían los egipcios [que están entre los primeros magos / o sacerdotes] que el alma itinerante que encarna en la tierra, el Ba como alma itinerante, en el plano material, muchas veces se desvincula por completo de su conexión celestial (Akh)? Pues eso es precisamente lo que sucede en nuestro mundo: ya no sabemos empujar las chispas divinas, o santas, que cayeron de la Luz por "debajo de la línea" en la materia física. Ya no rescatamos el Osiris interior ni exterior. Ya no interesa a los cuerdos de nuestro mundo el hecho de que hay un doble proceso, que es a la vez ocultamiento y revelación de Luz a niveles bajos y elevados de la realidad. De que hay lo pequeño que contiene mucho, lo finito del tiempo y espacio.

En la ciencia cuántica, a ésto se lo llama singularidad cósmica. Infinita compresión de la materia. Esto es, un punto de la luz contraída. El Punto Infinito que los cabalistas judíos llama ell «tzimtzum inicial» (la contracción de la Infinita Luz de Dios para hacer "lugar" a la Creación: el génesis bíblico. Dios como Luz se hace sombra; pero, en realidad, ese mundo de sombras es luz... luz caída, como en las metáforas de ángeles caídos. Lucifer es un ángel luminoso, pero en las sombras...

Este punto inicial de espacio y tiempo, en las diez dimensiones o naturaleza decimal de la realidad, es lo que obsesiona a los magos y a los místicos y alude a un poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. Y de volver a ocultarse... Cuando Thot, padre egipcio de la Magia y la Escritura, hablaba de ésto, reconocía que había un poder mágico en la fusión y aleación de los metales y que la magia y medicina eran inseparables, ya que se podía transformar en benéfico el poder destructivo y reconducirlo hacia la sanación de las enfermedades. Antes que los magos egipcios descubrieran la Alquimia, la importancia de los números mágicos y la geometría, para guardar y enseñar estas propuestas, sobre todo, estaban convencidos de que no somos animales. Bueyes, sino chispas caídas que se pueden revivir y, curiosamente, esta idea la representaron con los escarabajos que empujan un pedacito de mierda en la oscuridad de los acueductos o pantanos. Esa bolita de excremento sin embargo significa el Sol, la resurrección, el alma inmortal de Ra y la lucesita que nos dio. Como dirían los cabalistas, la luz quebrando la oscuridad del tzimtzum, la contracción primordial, que es en si misma el secreto del tiempo. El futuro transformándose en luz, que permea el espacio.

¿De qué se trata la magia como propuesta filosófica, de arte y de ciencia? Del poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad, de que sí hay un poder Divino del Ser y que éste contiene dos opuestos: un plano visible, denso, manifestado, y otro, que es antimateria y se relaciona a los reinos espirituales.

Para mí, la princesa de la Magia Negra es Eva, la que guarda el secreto del corazón. La serpiente es nuestra maga y el Hada. Adán es cerebral, símbolo de un intelecto que funciona eficazmente en la búsqueda de lo visible, administrándolo; pero que, sin la mujer, no avanza hacia lo oculto. La loca de la casa, la imaginación atrevida, la curiosidad de Psique, por conocer a Eros / Cupido / como en el mito es femenina. El lado mágico.

No queda cuento de hadas
que salve a la princesa
de la magia negra...


Cuando mencionas «el alma de la mujer vampiro / que me ha precedido» (sic.)y la aludes como «Nauseabunda, burlada y ultrajada», (sic.) pienso en ese símbolo del escarabajo sagrado egipcio, empujando su alma por la oscuridad y, al mismo tiempo, en que se vale sentir «la ira acumulada» por los que olvidan, difaman, descreen y burlan, ese misterio y esa metáfora. Pero ese es el mundo de los que no son soñadores y prefieren ser esclavos del reloj y no de la Eternidad. Posiblemente, estos censores tienen miedo a la magia; por lo que los charlatanes hicieron de ella.

Yo creo que todas las personas sabe que hay fuerzas poderosas que no vemos, o no sabemos usar. Hay quien les tiene miedo a esa fuerzas. El temor a lo misterioso y desconocido se encuentra asociado a la psiquis humana y, más ignorantes, mayor el miedo. Pero la experiencia de explorar el misterio es, por igual, como dijera Einstein: «hermosa, una emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y de la verdadera ciencia».