Thursday, February 28, 2008

La espiona


A diez calles, por lo menos, te vieron...
Que me contaran no fue necesario, te corté el paso
y te llamé, pero cruzaste de largo.


Te metiste en una luna de maula:
eras la Maya que niega, la proyección
que engaña, la víctima que condena.


En Harbor Avenue medio-vacía
por causa del evento, Memorial Day,
homenaje a grandes héroes
y familias crédulas al virtualismo entronizado,
te vieron y me cuentan que pasaste
comiendo culpas que los demás te transfieren.


Tú tomas y dejas, surtes y olvidas.
Este es tu consuelo, por lo menos.
Vestida ibas con gracia de tus nalgas.


Plata líquida en tus haldeares,
intensa virtud, tus piernas
y el movimiento de tu sieso,
¡qué delicia, mayativa, descocante!


Con fortaleza y audacia te exhíbes.
Con pantaletas azul celeste
de tu antiguo cielo, atrapas.

Robaste el privilegio de ir en desvergüenza por la calle
y echaste la escandalosa durante el Día Solemne
y estos robocops del Estado Vigilante

nada dijeron aunque díste la nota discordante,
ramera caprichosa, efeba desobediente.


A cambio de dinero admitíste la gumía,
la daga turca y la exacción, te díste precio
por vender jera y placer al mejor postor, así me heríste,
Luna de la tarde, madre de la noche.


Llevaste tus senos perfectos,
quirúrgicamente diseñados.
Tus labios como flechas de ballesta
daban besos. Tu saliva debió ser
como lava de volcanes porque
quienes te compran chupan del bote
y son felices.


Se repiten en noches contínuas de macanda
y tú con ellos, fletera, y ellos contigo, son felices.
En los quintos infiernos no es donde te buscan;
eres ya accesible objeto de la calle, tu jarana lasciva
tiene hoteles a tu paso, coches que te llevan
donde quieras por servicio, nenorra.


Fuíste la única puta que salió a la calle
a proyectar su verdugo interno, amenazante.
Duro y parejo te dan y tú resistes.


Yo no. Te perdí, capulina, y estoy triste
porque yo también amé tu araña venenosa
y sus precondiciones instintivas.

3.

No soy yo quien te culpo.
No que haya dejado de quererte.
Yo abrí todas mis moléculas
cuando ví tu Luna llena y eras sacerdotisa
de tu propia llama; yo te llamé
Mi atracción, gravedad del ansia.

Te entregué mis ladridos.
Por un fulgor de tu aroma masturbé
cada espacio de penumbra, el que tú iluminabas,
porque eras ya Una en mí y yo contigo, el Todo.

Me enseñaste a agrandar mis pupilas
y me asomé a mil ventanas
cuando te posabas en la noche,
gentil mariposa caída a mis talones.

Nada te escandalizó entonces.
Tú, sin jerarquías, nada prohíbes.
Te dispensas, entera, peludona,
tersa como rosa de piel,
tenuemente naranjuda como papaya
y sandía, melón abierto,
para mutua algarabía.

Tú, espiona, por revelar el caos,
la compresión infinita
con su deliquio singular y dulce,
te pusíste a gatas y a danzar
locamente, a perderse, a clavarse
en giros del cósmico espín gravitatorio
y ¡gozamos pues que tarde fue!
tú, entorchada con el rabo a mi deseo;
yo, hundido en tu íntima anonimia.
¡El éxtasis! lo eterno.

¡Sí que fuimos dionisíacos
antes que se cumpliera la plenitud
de los tiempos del profeta;
sí que sabíamos de ángeles / sátiros
y de monismo puro,
sí que estuvíste satisfecha de la verdad
de tu cuerpo, tu templo femenino,
ovario ctónico, el monte santo
donde la zarza encendida fue pez
con hocico caliente y su estallido viscoso,
jalea del pan con que brindo, vino
que bebíste conmigo!

El ser perdido

¡Hay un más allá de la idea y de las paradojas!
Y qué sé yo de Platón y de ocho cuartos
para decir a quien muere qué le espera
y qué es el más allá y cómo difiere
de lo que tuvo pensado. No yo.

Los muertos se van como les da la gana
y pocos se arrepienten de lo sido,
explicó Juanito Pana, y tan pronto se van
de esta espesura, no se entera él, uno tampoco,
¿qué será de ellos? si van a ser impíos
o encontrarse en el temido submundo
o el Paraíso predicado.

¿Irán a ver su desnudez, sus verdades ocultas,
sus escuetos servicios? ¿Irrumpirán en lágrimas?
¡Qué sé yo si lo eterno es una imagen móvil,
si hay que vagar como en la Tierra vagamos!

¿Qué?… si quietos, metidos en la caja,
el mundo es lo estático, sólo se mueve
el tiempo. Lo objetivo, lo terráqueo, es más apariencia
que solidez y realismo… Lo que los muertos
comunican es que a veces, cuando se van,
vagan desnudos, y ¿quién les quitó sus ropas?


El tiempo que todo pudre
y, ¿quién se ríe? La vergüenza es tan grande
y unos se tapan los ojos; lo acobarda el asco;
otros se tapan, el sexo, aún no saben
que de nada les sirve y que, en un mundo intemporal
como es la muerte, ya se ha perdido todo:
el prestigio, el sexo, la riqueza y el decoro mundano.

Los que se acepatan como son y así aceptan a otros,
a los médium les dicen: Nunca supimos que estuvimos desnudos.
Nunca supimos que vagamos y fuimos casi eternos e infinitos.

3-9-1993 / Yo soy la muerte
http://espanol.geocities.com/baudelaire1998/antologiasocial1.html

¡Qué pena de advenir y carrusel!


Vea que entierro los míos
un cadáver tras otro, y ¿quién vendrá
por la sospecha de saberme poco,
todo y nada, cautivo por mi nombre,
a enterrarme a mí?


Una memoria agradecida se encargará
de quitar mi nombre de Cerbero,
pero... ¡Ay! me hallas, te veo, te solicito
y ¿con qué ojos percibo lo que seas?
no lo sé, Muerte, hasta hoy.


Mi oficio es servirte, peor hubiera sido
ser verdugo y juez…

En tristeza personal, te confieso.
Te he amado; yo te desnudo.


En cohecho de noria y carrusel, te amo.
Tú y yo fornicamos sobre las sepulturas.


26-4-1989 / De Yo soy la muerte

http://www.mundopoesia.com/foros/poetas/26643-carlos-lopez-dzur.html

¡Qué pena de advenir y carrusel!


Imagino a los muertos
como langostinos que saltan de la red,
peces por insaciable apetito transformados
y que oscurecidos, en su día final,

se fijan tiesamente al regodeo
de la tristeza mía, se pegan a las horas
que sucumben contigo, Sepultura.

La feroz madrugada vibra
el ciego holocausto de la aproximación.


2.

Me voy cuando ya tú me sueltas,
te dejo, pero me has sustentado en agonía
(y, si me has mutilado, qué ojos lo dirán, no sé).


Estuve al habla con una pena inmunda
y nueva que ajota hambre de ser
y prisa de aguacero, repentino e intenso,
y muina de barro y godeo de celo y mujer.


3.

¡Ay, qué empleo dio la pena y la tronga,
ardiente, lujuriante, caprichosa!
¡Qué arrastre sobre vientres de sepultura
los de estos vientos que devoran mal soñar,
y maderos viejos, leños de mal arder
y mal dolor del trinqueval...


Con dos ruedas del carrro negro,
deslizado y sepulto al fin,
allí en la ribera de uverillos que florecen
en abril, van y luego se secan,

ajenos al río y la mar!

¡Qué pena de advenir y carrusel,
la vida como noria y giros de Samsara!


26-4-1989

Los símbolos


Los símbolos están mal distribuídos.
Abundan como materia prima,

pero el poder los tiene acaparados
en un puño cerrado y sin modestia.

La cosecha se ritualiza
con heredad histórica, perpetuándose el explotador
y el explotado, uno en la abundancia inmerecida;
otro en la miseria y el trabajo.


La legislación debe determinar
la economía, no al revés,
el amor la justicia.


http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-generales/

Tuesday, February 26, 2008

Captura de Deyanira


Conclúyase la comedia de la falsa espera
ya que estás soltero y caliente como leño.
Acércate a las brasas.
Captura a Deyanira. Ve por ella
sin esperarla del más allá
que jamás da NADA.

No hay cósmico milagro
en materia de mujer.
Sólo intencionalidades.

La chamaca más perfecta es pan comido
y se le observa desde el balcón y la ventana
y se le dice hóla, ven conmigo.

Y se le aprende el nombre y días y años
con sus horas y saturnalias de falsas alas
y a sus piernas abiertas se va y uno se encima
terco, paciente, invitador. Cachondo.

Ella sabrá admitirse compañera y dirá, al final:
¡Ténme, ven conmigo, comienzo
a quererte y desearte!

13-5-1992 / Tantralia

El hombre enamorado de la vida

La mujer está aquí


Como ni ahora es ni ayer ha sido,
no lloverán albardas ni lonjas de tocino
como maná del cielo ni granizos por el fin del mundo.

Abre entonces los ojos, bobo,
y cuenta los días con mejor contento
porque no pica la culebra al que bien sabe biene
su atendible cuento: el hoy aquí
y siempre ahora.

La niña más bella es el arán por arte de los ojos,
por regocijos de su pinta en células
y presencia de su carne y sus huesos.

No esperes que la angustia sea tu propia galera
ni que Hércules rompa el cuerno de Aqueloo
para que veas la ninfa en el larre del aquer.

12-5-1992 / Tantralia

El deseo y la ternura


Cuando más duele el espacio inexplorado,
virgen de las cuevas y la necesidad y el tedio,
gemidos absurdamente cotidianos,
yo soy terco, perro manso,
y lamo la epidermis de lo vivo
y clavo mi pezuña en el calvario.

Así oscilo la sustancia terrible de las cosas.
Muerdo por bravío mi carencia
y más bajamente dulce no puede el yo caer.

El animal humano es terco, perro manso.
Y toca el fondo. Y después ladra
para erguir su ternura.

Así soy. Ladro, odio mis pulgas.
Canto, ladro y canto.

7-2-1986 / Tantralia
http://espanol.geocities.com/baudelaire1998/teth1.html


Eres mi superficie


Llenas mi corazón de arenas dulces y mi piel se sumerge
en la restinga y así te quiero. En sucursales
donde el agua es sabrosa,
donde fluye la frescura
y eres mi superficie.

No hay que estar en el submundo
de núcleos geniculados del tálamo para saberte
llena de colores... y así te quiero.

Tu carita tiene un brillo de manzana.
Tu boca es una fresa que mis ojos devoran,
y, sobre todas las cosas, me fascinas
por entera, súbita, intuitiva, con alma.

Cuando caminas ante mí la escena visual
es una plaza del córtex y, racionalmente,
te aprendo sin asombro; pero, de estampia, te vas.
Desapareces.

En la región del corazón, ha quedado tu forma de mujer
después de todo y el movimiento me ilusiona...
puede que vuelva. Mis mancebías te quieren a mi lado...
... y así te quiero, con tu presencia y tu ausencia conjugadas.

Te asomas y me gustaría que pausara el tiempo
y cosechara tu presencia tridimensionalizada
y que mis manos invadiera tu silueta
y sentieran que tus pies pisan mi camino.

Y yo mismo pisarte y cubrirte como el malhojo
del follaje porque eres la dimensión
de mi alegría y mi gozo y así te quiero.

Te ausentas, pero no del todo.
Queda energía en el querer. Adjuntas
como dos pieza de mulas del revezo tu ser al mío.

En tu piel no hay este dolor de semillas rojas
y cundiamor abierto. Y así lo quiero.

7-9-1989 / Tantralia
http://www.geocities.com/baudelaire1998/heidegger5.html


La voz del río


¿Se imagina usted el río?
¿Ha preguntado por su voz?
¿Cómo hallaría el cristalino corazón de lo vibrátil?
¿Inventaría al verso que forja cada rumbo?

... porque apresado estuvo
en charcas de metano y se inventó una voz escarbadora?
¿Cómo piensa que fraguó la maña y el camino
al cauce que lo fluye? ¿Qué pirueta del ser
lo arrancó de lo inmóvil?

Imagino que, perturbado desde sí,
temblaría como si supiera de delicias
su plexo de destino
como un amante en gozo...


Y yo lo habría escuchado,
yo que pregunto por la voz de los ríos
igualmente apetente de mundo.
Su murmullo me habría llamado.

Su voz de vegetal
me daría todavía otros hogares
en las cuevas, entre poros del humus,
entre resquicios de soles y de estrellas.

Habría regalado mi garganta,
con fe en las sangres capitales y cimeras,
por la grata esperanza albuminoide
y la torre del espacio que me llena.

30-09-89 / Tantralia
http://www.geocities.com/baudelaire1998/heidegger5.html

Tuesday, February 19, 2008

Lo mejor que puedo ser


En el mundo en que vivo, apenas tengo fe
en las verdades absolutas… Nadie cree que exista
nada puro, inefable, en el proceso humano.



Todo es inconsistente, errático,
fraudulento, vacuo, sucio a la larga.

Abierta está la senda para los desconsuelos.

Lo que es sublime ahora, un rato más, y desaparece.
Toma un sesgo. Se transforma en condena,
en teratología, en trunquedad inesperada.

Uno por uno, a final de cuentas,
los idealismos se desacreditan. Como callejones
sin salida, los avisa el mercado y la boca irónica
del listo y el célebre y en el Agora mueren.

El héroe de la tarde es el pillete de la noche.
No hay fe en el poder público. La mentira,
sumada al dolor, es el imperio en que vivimos.
El prestigio instantáneo vale más que la honradez.


Y con el mito, el azar, el cinismo, se enriquecen los pocos.
La posibilidad de lo útil, generoso, lo feliz,
se diseña con dominios expertos y el poder
lo controla el sector hegemónico.

No. No es conveniente que, en términos,
del tráfago del mundo, tenga la osadía
de discursar lo Absoluto. No seré yo quien pueda

y de revelaciones absolutas me posicione, convencido.

El sacrificio desata muchos infortunios;
no siempre paga ni cumple ni consuela…
… pero tú, Amor, existes y, por alguna razón,
surges del Caos, siempre generativo.

Creo en el caos, después de todo.

Y por cautela, sin palabras espectaculares,
no te daré gato por liebre; seamos sinceros.
Amor, yo te doy lo mejor de mi relativismo.
Te legitimo en las prácticas concretas.

Cruzo a los espacios donde pueda verte,
al tiempo, donde pueda sentirte.
Es lo mejor que puedo ser,
a veces subjetivo, siempre histórico,
abierto a potencialidades, a partir del Caos.


Agónico, en temporalidad, trágicamente,
en tí, confío. Amor te sufro, amor, ha de ser
monstruoso que te piense no absoluto.
Como yo, limitado, pequeñito.

Amor, el presente es lo único que tengo.
Con él, tengo lo poco que es seguro.

El pasado se fue. Hirió mi memoria cuanto pudo.

Examiné los malos ejemplos de la guerra,
la decadencia de la noción de patriotismo.

La justicia tardía. La explotación, la ira.

Aún los defensores del cambio de consciencia
claudican. Una epopoya interior, ¿cuánto te dura,
de cuánto tiempo hablamos, cuál es el costo?
¿quién la dicta? Cuenta, identifica y prueba
a estos hermanos que no pelean contra nada
para sentirse puros, intocados, eternos
en un solo instante. Y no me juzgues a mí

porque los juzgo. Vengo del caos,
en él persisto; acaso, en tí, amor,
bendigo mi esperanza.

05-09-2000 / De El hombre extendido

Monday, February 18, 2008

El Grandísimo amigo


Dicho objetivamente, la multitud neurótica
es mi rival. Lo juzga así, no hay otro modo.
No soy yo quien apoyo tal juicio; doy
mi simpatía, toda la que puedo.
Quiero el mundo.

El problema es que no soy
COMO EL GRANDISIMO AMIGO.
No es que prefiera ser privado y poco sea
mi tiempo para el mundo. Es que no consiento
todo lo que él me propone. Para la multitud,
no doy lo máximo. Y me atrevo a decirlo,
la multitud es neurótica. No yo.
¡Qué jactancia!

… y uno sólo, uno que me declare
sospechoso, distinto, no-confiable, repulsivo,
bastará para que el vecindario lo sepa
y saque su enorme bandera de recelo, su magia
y su ocultismo, su hermetismo de muerte.

Este no es como EL GRANDISIMO AMIGO.
Este nos culpa de compulsión al consumo.
Este defiende el medio-ambiente.
Defiende el río y la montaña.
Habla de contaminaciones y de patologías.
Este reprende. No quiere, en el fondo,
la alegría. Este no es…

La multitud se entusiasma con el nuevo modelo:
La dicha consumista. El éxtasis hedónico
que da la economía cada vez que chupa en los ahorros
y deja la sensación de cierto hartazgo,
pero, Carlos, hartazgo sí, sin la mínima culpa.
Los neuróticos viven del alarde y la prisa
de sustituir lo uno por lo otro.

2.

Pero yo soy más lento y más pobre.
No necesito un reloj ni una cadena.
No compro nada, no vendo. No soy
como es el otro: EL GRANDISIMO AMIGO.
Yo soy, si acaso, quien traiciono
la ciudad. Has de ser, hombre de campo.
O un extraterrestre. UFO. OVNI.

Toda silla me da igual que un taburete.
No recuerdo ni la marca ni el modelo de mi propio auto.
De un aparato doméstico sólo conozco que funciona,
me ha servido por años. Mucho que me falta
para ser, como ellos, GRANDISIMO AMIGO.

Alguien ha dicho que estoy contra el progreso
y que no sé ni putas sobre las novedades.
Otro comenta a sorda voz que el germen
es mi egoísmo, que no soy generoso.
No puedo ser confiable. ¡Tremendo chasco!

En el centro del poder, como estrella mayor
del nuevo cielo, mis vecinos distinguen
al Grandísimo Amigo, el Marketing.

Este visita sus calles favoritas,
se mantiene en contacto. El es todo cuarteles,
super-recursivo y no olvida la radio.
El revisa los canales; tiene más fe
en la pantalla chica que en todos los periódicos.

Cada segundo cuenta. No es como yo,
sin agenda y tan desmemoriado. Aprende,
se me dice, sé como EL GRANDISIMO AMIGO.
El parece que sabe de todo. Tú debes conocerlo
y hacer con él, un círculo.

3.

Conversa el temario entero de las cineproducciones.
Se pasea entre maniquíes que llama lo atrayente
y entre horrores de simulacro que llama novedosos.

En las casa televisivas, tertulia con los sabios
(asegura que tienen la verdad porque tienen ya la forma
del mensaje y la convicción que se produce
te la regala el auditorio, si llenas sus ojos
con montaje y drama y fondos sonoros y consignas).

En las redes de medios electrónicos, el Gran Amigo
opina sobre todo, se sienta con los GRANDES
y cada noche, según confiesa, pisa rojas alfombras
y no se pierde un coctel. El paga el precio.

A la multitud neurótica le insinuaron
que mi arcaica mentalidad sigue aferrada
a la idea de que existe lo ideológico.
(Puede que signifique que justifico
la noción de la lucha de clases: el marxismo lo nutre).

Para elegir sus líderes, sus héroes deseados
y organizadores, entre la multitud, cada figura carismática,
es asociada a una imagen; ésta que sea la verdad,
la realidad y la relevancia, no lo ideológico.

El mundo ya no quiere intimidades.
Ni personalidades. Ni historias del pasado.
Ni idealismo. La fe no sirve.
El futuro es incierto. La tecnología es lo más seguro
que maneja el hombre por el bien de sus sociedades.

El mundo habló. Quiere hedonismo. Entretenimiento.
Cada minuto cuenta cuando vivir es un acto inmediato
y el presente lo determina todo.
Despreocúpate de si hay justicia o injusticia.
Libérate, vecino. Dáte el lujo de energizar el cuerpo.
Ríete a gusto de pájaros de colores
y disfruta de la pluralidad de tus opciones.
Entramos al siglo XX1.

3-17-1998 / De El hombre extendido

Poetas del mundo

La matriz cósmica


Agradezco la matriz que me atrajo
a su interior y me dijo, toma este pantano
por cobijo. Navega en él, halla una fuente,

el ojo de una luz. Es subterránea
como una ley del lodo; pero es lo más íntimo
que tengo; yo soy la Madre Tierra, salud breve
de tus días, la voz sutil de tu noche.

No seré de ese vientre por siempre. Me alzará
en sus brazos un Sol, el círculo de fuego,
y comenzarán las verdaderas abstracciones
y tendré que dar un nombre a cada una de ellas
y separar en dos categorías lo que en tu Vientre,
madre-cósmica, fue Uno.

Tú me díste la noción de mi gozo agradecido.
Fuera se asfixia el pez y la separatividad es la muerte.
Tú no tenías codicia; me alimentaron tus pechos oscuros.
Tú no tenías egoísmo, tu sola ambición era yo,
verme junto a tu vida y no soltarme.

Pero el Sol vino. Me mostraría otros bosques.
Así supe por qué anduvíste escondida,
sumergida en tu fuente, sólo danzando
en la soledad de mi noche.

La multitud neurótica vigila tu sonrisa.
Almas hay, separativas y hostiles. Ni van
con el sol ni se aferran a tu luna.
No saben a dónde irán; no saben de dónde
han venido; no saben vivir solos,
no saben religarse, en amor, y hallar
los ojos de luz de los pantanos.

3-17-1998 / De El hombre extendido

Los jacqueries


Entre mayo y junio de 1358, los campesinos

se rebelaron en el Norte de Francia; y ocurrió
una revuelta de pobres en París. Ocasionada por
las privaciones de la Guerra de los Cien Años y por
el anhelo de control de fueros hacendarios, o propiedad
inglesa en Francia, la represión contra los levantamientos
fue tan brutal como las venganzas cometidas por los nobles
contra los campesinos que les llamaron 'jacqueries'.


El que sirve bien a su patria,
no necesita antepasados:
Voltaire


Rodeado de miseria está el pueblo mío
que jamás ha visto la capa de Hugo el Grande,
la distinción de un Capeto.
La invasión de Otón II ya no cuenta.
Eso es pasado. Inútil es en la tierra
en que todo tiene dueño vitalicio, inútil
a quien trabaja duramente y no progresa.

Hoy lo triste es la armada que ha llegado
hasta el Norte y asesina a los hambrientos
a la vera de los olivares: dice Guillaume Karles.

Pero, como bien dice el dirigente,
los jacqueries, con los ingleses,
hacen migas. La nobleza es una clase absurda
con muchas satrapías. Añade: Nos piden,
por de pronto, que observemos el pasado
y recordemos la Capa de Hugo el Grande
y las ramas hereditarias de cada poderoso:
Anjou, Plantagenet, cualquiera sea
entre ellos. ¿Recordar? Nada vale. Y, en verdad
son hoy y ayer, como perpetuadas sangüijuelas:
codiciosos, asesinos, crueles y alborotadores.

¡Han regresado a controlar las tierras olvidadas,
las haciendas!
Han regresado como fantasmas sacados
de las brumas inglesas y el frío y el hambre.
Y no van a parar hasta matar a quien vive
en estos sembradíos y no datan en su mente
a propietarios: sean Capeto, o los reyes de Noyon,
o enemigos del Duque de la Baja Lorena.

De Luis el Holgazán el nombre queda
(pero, ¿qué sabe el pueblo mío
de apellidos famosos, o las buenas familias,
o los altos linajes?) Aquí, en medio de la guerra,
Carlos el Malo lo resume todo: Enrique
en Inglaterra, es como ellos, jacquerie
en el Norte, nobleza explotadora, dispensadores
del despojo y el saqueo. Tu solo amigo
es el trabajo con la tierra, dice Karles.
El pueblo está empobrecido. Y a él
no le sirve ninguno ni francés con linaje
ni el inglés lejano, invasor engrandecido.

Llevan casi cien años de dimes y diretes
en una guerra que nunca se termina
y el pueblo en hambre, enfermo,
viendo a la soldadesca intrusa
entregada a sus lealtades y requiriendo
del campesino la protección de fueros
inmorales; cómo se aferran los agresores
a la tierra que no labran, cómo matan,
jacqueries, por motivos de herencias
que no son suyas, cómo les manipulan
los parásitos en París, las sangüijuelas
y cómo sufre nuestra Francia abandonada.

3-12-2000 / De El Libro de la guerra

Sunday, February 17, 2008

La memoria que sana

cuando ese sentimiento [de lo onírico] cesa es cuando comienzan los efectos patológicos, en los que ya el sueño no restaura, y cesa la natural fuerza curativa de sus estados: Federico Nietzsche

Soñar es un oculto resplandor,
una ida al templo en cotidiano rito de reposo.
Este quehacer de la noche, me cita con la luz
y el Dios del Sol, que es vida cósmica.


Voy a restaurar mi sueño en esta edad sin círculo.
Cuando no haya más luna que el alarde de los cuerdos
que se disfrazan de falaz coherencia, sin lógica
que les justifique ni en el alma ni en la carne,
voy a invocar a Apolo, dios del arte.

Me uniré a la bacanalia de la noche
con mis hermanas que invocan a Dioniso.
Tendré, por llave hacia sus puertas,
dos sueños de los míos, el más solar
y el más nocturno.

Restauraré esa memoria
(porque los sueños se apagan por insuficiencia
de amor y gratitud con el mundo, por resignados
que estamos a la prudencia tonta y al no ser comunicantes).


Voy a desatar los ríos del rico plasma etéreo
cuando sueñe esta noche.
A mi memoria bajaré como a un abismo

y pediré visiones y metáforas y símbolos
y las gloriosas sonajas, o las sutiles voces,
esa vida suprema, esa intensidad del espíritu

que no engaña por capricho.

Códigos tiene que son eternos, subterráneos,
primiciales. Bruta abundancia, quizás.
¡Dejad que el soñador haga su parte y no olvide!
pues el sueño es sincero y se posiciona fielmente

en su noche, te engancha y no encubre del todo
las urgencias básicas de lo real.

3-11-2000 / De El hombre extendido

Respuesta de Hilas (Ύλας) a quien lo busca


Un día me víste como tú sabes ver,
con la voluntad de tus ojos,
con olfato agudo, y me hallaste y me oíste
aunque yo estuve escondido.


Temía. Tú subyugas y matas.
Degollaste a mi padre y sus súbditos.
Creaste tus propias normas. Te autorregulas;
pero yo seguí en tus manos y, con temor
todavía, obedecí lo que instruíste. Fui tu amante.


Conmigo estudiaste los afectos
y fui el objeto intencional de tu acto síquico:
la preferencia objetiva de tu homosexualismo.
Sé que uniste la emoción al intelecto.
Es mucho lo que tienes aprendido, Argonauta.


En su origen, no son las tuyas percepciones puras.
Hoy lo sé. Tengo a quien me ama, igual que tú.
De ella me he enamorado y, sin embargo, admito
que mucho hubo en tí que es muy bueno y noble.
Avanzaste de la atracción al asombro
en medio de la guerra de las percepciones.


Y me observaste, no en todo lo que soy,
pero en gran parte y será que cuando se percibe,
o se destruye o se ama. Yo percibí a una ninfa
en la fuente cuando sólo pensé llevarte agua…
¡Qué afortunados fuimos! Nos amamos,
precariamente y, de algún modo.


Llama, si quieres a mi acción, nuevo egoísmo.
Puede que debamos, de pronto, ejercitar
lo que más nos conviene y nos haga felices.
Amándola, me compenso del abandono
por el que vas a olvidarme. Al elegir ofendo.
Nuestras acciones afectan inevitablemente
a los demás que me buscan o me aman.


3-5-2000 / Del libro El hombre extendido

Teoría de Heraclés y lo dado


¿A dónde se fue quien amé?
En abstracciones, no lo hallo… Lo busco
y pregunto por su ser. Es un objeto hermoso
y la sensación de su cuerpo fue mi escudo
y su apariencia mi alegría. Amé
sus movimientos y por cada hilotropía lo bendije.


De su cósmica juventud, me entretuvo su hílica espesura.
Con él, me sentí dueño de los bosques
y las costas de Misia y admiré su potencialidad,
su gregarismo que, en todo y cada cosa, me perdona.


¡Cómo te he amado, Hilas!
¡Tibio era tu cuerpo bajo el mío,
tuyo
cada apetito de mi carne!


¿Qué ha pasado? Esperamos el agua
de la fuente de Pegea. Y yo esperé tu fuego
y tu materia viva y tu fulgor espontáneo.
Te hicíste perdidizo. Y junto a Polifemo te he buscado.
En la materia extensa no estás. En cada caverna
entré, olfateé tu rastro. En cada espejo de las rocas,
me engañó el espectro de tu extensión y figura.
¡Y no eras tú, Hilas / Ύλας!


Ahora no te puedo percibir, ahora tal parece
que no existes en mi mundo. Cuando te secuestré
eras mío; dependías directamente de mi abrazo,
no puse en tí otra cadena que mi beso
y fuiste mi alimento real y ocasionaste tus propias
y percepciones y las mías. ¿Qué ha pasado?


(Y, ¿cómo fue que ya eres un recuerdo?)
ya, ¿con qué autoridad me jactaré al decir,
te percibo, Amado mío?
Me fuíste dado.
Eres objeto de mi conocimiento.
¿Con qué autoridad, formularé mi orgullo
al decir: Te conozco. Eres, de mí, lo puesto?


3-5-2000 / Del libro El hombre extendido

Saturday, February 16, 2008

Cadáveres que flotan


En el arrabal, la Nada navega como sangre.
En su eje, si es la raíz ¡qué bien se rota!
No hay fin, sólo nihilismo.

Cadáveres que flotan.

Y las penumbras son el cielo
que gira entre galaxias y el ser endemoniado
va con ellas, fantasmas de su puñal enardecido.

Y el quinto cielo es volver a repetir
el crimen y el espanto. Y flotar
en esos escenarios de apagadas sustancias.

9-16-1990 / El libro de la guerra

Paranoia social




Toda Visa es chueca, toda licencia de manejo.
Chueca e inmunda es la casa de los pobres.
Gente de segunda y de tercera, casi negros,
los mexicanos y los salvadoreños.

Sucia y caníbal la boca de los vietnamitas
que comen perros y sapos y cagan
hendiodísimamente. Provocan náuseas.
El que empuja un carrito de paletas

en la zona urbana de Santa Ana
es un salteador y un puerco.

Sanidad debe obstruir su actividad.
Enferman los estómagos a expensas del sistema
de salud y los impuestos. Se ensañan
con veneno hasta con ellos mismos.

La ranchera, su música y los corridos
son la contaminación sonora. Unvisión
y las radios, ultraje al English Only.

Los niños monolingües, claro, no
de la gabachada, son tontos, inasimilables,
retardados... todo es crimen. Y César Chávez
y la mugre bola de chicanos, metidos a políticos
por votos y prebendas y distritos,
rivales y enemigos.

8-12-2000 / De El libro de la guerra


La Naranja / La Guía PiG para falsear los Sesentas: Jonathan Leaf y The Politically Incorrect Guide to The Sixties / Guest-book / Cuaderno de amor a Haití / Leyendas históricas y cuentos coloraos / Consejos de Susan Sontag / Tantralia: Indice / Estéticas mostrencas y vitales: Indice / Canto al hermetismo / Preámbulo / Está sediento / Epica de San Sebastián del Pepino / El libro de la amistad y el amor / La casa / Respuesta de Hilas

El Imperio del Mal


Hoy elucidan la metafísica urbana.
No utilizan palabras que aludan lo sublime.
Han dejado de citar del clasicismo.
El Don Nadie es odiador y habla del Caos.
No es necesario que se diga el Diablo.
Es hasta conveniente que no se diga Justicia.

Hoy se precisa un mundo de intrusos terroristas
en forma de chamacos, hijos de inmigrantes,
los mismos que pizcaron en los campos
y son los demonios de los caseríos.

La pena es no tener el derecho de matarlos
y buscarlos en los fondos de sus destartalados caseríos.
Lo patriótico ha de ser llenarlos de grafittis
a cuchillos y balazos. En la metafísica de hoy,
el Imperio del Mal tiene factura, su antiamericanismo.

6-8-2000 / De El Libro de la guerra

El desgarbado


Con los dientes y colmillos, el miliciano de la fe
convoca su jauría, responsabilidad civil, según él dice.
Ayer era un judío el desgarbado. El miserable.
La envidia le quiso suplantado. Al ponérsele en rodillas
se buscó su despojo; pero, en fin, un marrano
que sea siempre un marrano.

Hoy está hablando sobre higiene,
el pobre huele feo; hoy define el desastre
y recauda fondos y diezmos.

El pobre no tiene patria ni valores
ni sabe lo que es bello. Evita lo sublime.
El pobre es un delincuente lleno de tatuajes
y un barril de vicios. De pólvora y de vino.

6-8-2000

Tuesday, February 5, 2008

El monólogo colectivo

Con este ropaje de la muerte, enfermo
en los vestidos limitados de la carne,
me hallo, hambriento de monólogo infinito,
y como pez circulo, en agua fría, sea o no sea
mi entorno un vendaval de fuego
y yo, pobre del yo, que siendo bestia
husmeo por lo infinito,
dueño del Eterno Retorno.

Por ese milagro del primate,
el ser externo, la bestia del cuadrado,
te nombro en las cifras de ceros,
te dibujo en mandalas transformativos,
cósmicos, y voy con los ojos
hacia la Voz que emite tu energía
y que, en faena dura, se procesa
con tus mismos algoritmos de silencios,
sordos ecos de esperanza
en el Círculo, matriz de origen
en un cerebro oscuro
del sistema físico.

El agua que me vio me compadece
y el carbono memoriza la sospecha
de mi hidrógeno. Básica vitalidad
va reclamando, une redes de sodio y de fosfato
una vez que se fuga de sus conchas y se mete
en los azares del camino y, con erecta posición,
ya ha visto frutos en árbol de alimento,
en pantanos del engañoso invierno.

El hacha nace y derrama la sangre,
pero también abre surcos y el cuchillo de pedernal,
la flecha y los garrotes entregan la ecolalía
y voces del llanto primario, alaridos
de lenguaje egocéntrico: ha conocido
la muerte, vida interior, agonía y monólogo.
La ha conocido el hombre y la hembra que lo pare.
Ha preguntado la intuición si contigo
habrá diálogo, o seguirá el lenguaje
sin ser socializado, con mana,
con magia, con luz del fuego.

Hoy soy yo quien pregunto.
Yo el que imito los órdenes
y critico los ritos ancestrales;
yo, quien elevo a tí invocaciones,
vivo entre ruegos y amenazas
para las que carezco aún
de nombres y respuestas.

De El hombre extendido

Carlos López Dzur: En Traducciones