Saturday, July 6, 2013

Cuentos sediciosos y bolivarianos

HOMENAJE A LAS TORTAS / TANTRALIA / NOTAS DEL LIBRO / OESIA, COMUNIDAD Y VALORES / El gato y el poeta / La vía mágica en la poesía y la historia / Prefacio / A las Carlancas / HOMENAJE A LAS TORTAS / TANTRALIA / NOTAS DEL LIBRO / POESIA, COMUNIDAD Y VALORES / El gato y el poeta / La vía mágica en la poesía y la historia / Prefacio / A las Carlancas

 * El ángel de la muerte 

 * La pesadilla de Tanton 

 * Delirios del patriota en París 

 * Los tónicos endiablantes

 * El permiso 

 * Donde los dioses mueren 

 * El aviso de Hatuey, 1511 

 * Te dire quien soy 

 * La Cruz parlante 

 * La carta de Dominga 

 * «¡Ay, tras viejo, chocho, paíto»: Eulalia Prat 

 * Las ideas de Papá y lo que pasa en Cuba 

 * El Tercer Jesus 

 * El Día Uno El Día Uno 

 * Testimonios sobre insectos y gusanos

 * Para cumplir con la ley

 * La ley de la pistola y el gobierno para siempre 

 * El nieto y el mechón de pelo El nieto y el mechón de pelo 

 * Cuarenta años, Todesengel 

 * Teoría de los hombres cansados 

 * El maestro 

 * La ruta del Valiente 

 * El manatí, la vaca de mar


INDICE

Dedicatoria

A cinco grandes lideres bolivarianos
de Sur y Centroamérica: Hugo Chavez,
Rafael Correa, Evo Morales, Rafael Mujica
y Daniel Ortega

*

Para cumplir con la ley
La ley de la pistola y el gobierno para siempre
Teoría de los hombres cansados
El ángel de la muerte
De hoyos y más hoyos en su carita, 1985-1988
Los tónicos endiablantes
El permiso
Delirios del patriota en París
La pesadilla de Tanton
El día uno
La ruta del Valiente
El manatí, la vaca de mar
El día que se honró a Luis Lacy
El siervo
El aviso de Hatuey, 1511
La Cruz Parlante
El nieto y el mechón de pelo
Testimonio sobre insectos y gusanos
La tinta verde de la esperanza
Los hijos del desastre
Faltó cojones

* * *

PARA CUMPLIR CON LA LEY

«The laws have their purpose, but they also have their limiits. That goes for lawyers and their bastard children, politicians»: .J. Pontillo

El jefe de los asesores de Tiberio, cuyo nombre es Sejano, cayó en desgracia. Ahora no importa el por qué es un agente de descrédito y escándalo. Ya fluye el rumor de que será ejecutado. El y su familia tiene que morir si es que Tiberio quiere proteger el emblema de Roma, como «nación de Ley y Orden».

Se ha designado el soldado que cumplirá la encomienda, obedecer el decreto: Sejano muerto, a no más tardar, mañana. Por tanto, especula sobre el momento de matar a la hija del prohombre más que en Sejano. Su única niña, con la edad de doce años, tiene belleza y su inocencia lo impresiona. Matarla sería como entrar al templo y elegir la favorita de Vesta y no dejar que el fuego de su inocencia mantenga la paz del Estado y las buenas costumbres en cada hogar romano.

Sin embargo, la ley es contradictoria. Es ilegal que se mate a una virgen. Asignada la tarea, dirán al soldado lo que procede que se cumpla para evitar contradicciones entre leyes.  Mientras tanto, é,l vacila ante la tarea del homicidio. Vesta es una diosa venerable. «No la mates cuando la veas. Tómate el tiempo. Seduce. Mancilla. Ultrájala y cumplido ésto, cumplido el procedimiento, entonces, la matas».

El verdugo cumpliría la orden. Ha resuelto los escrúpulos de conciencia y dice al fin. ‘¿A quién le dan pan que lllore?’

05-02- 2005

*

LA LEY DE LA PISTOLA Y EL GOBIERNO «PARA SIEMPRE

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Let us not insult the free and gallant citizens of America with the suspicion... (…) the advantage of being armed, which the Americans possess over the people of almost every other nation…forms a barrier against the enterprises of ambition…»; James Madison, Frag. «Federalist » No. 46

Ahí tiene usted a James escribiendo papeles en torno a federalismo en nombre de... ¿cómo dice él? gente libre y galana. Que hay que hacer una Constitución que sirva y que lo que se ha escrito, aún para ésta, es frágil. Se está escribiendo la Constitución y, como la Nación es muy grande, cada Estado quiere lo suyo y ninguno está de acuerdo con nada... Bueno, en fin, que James Madison filosofa sobre leyes y cómo dar a cada ciudadano una pistola.

Timidón como es, aunque ¿sabe usted? James no tiene pelos en la lengua y es por eso que se contradice (hasta es mejor no hacer una Constitución de mierda y tirar a la cloaca este borrador del Plan de Virginia) «Y no me llamen Padre de la Constitución: al final, cuando yo no esté, si digo que un Gobierno Federal debe ser fuerte, una-republiquita-menor de las que llama 'Estado'; / State / querrá imponer lo suyo, echarse su berrinche contra el Excesivo Gobierno, suma de otras voluntades; no no me llamen Padre de la Constitución…Uno se cansa de mentir de que somos un montón de políticos buenos, hábiles oradores y abogados y a la hora de la verdad, todos y cada uno están vendidos a diferentes intereses, o facciones, unos en pro de latifundio, otro en pro de esclavitud, o comercio con los enemigos y la justicia, a la cola, a la mierda, a la cloaca».

     2.

«The Constitution was not, like the fabled Goddess of Wisdom, the offspring of a single brain. It ought to be regarded as the work of many heads and many hands»: James Madison

Y, desde Nueva York, le escribió a Hamilton diciéndole que lo que anhela como ley debe ser «Para Siempre»: Una carta de Derechos que diga que hablar es gratis y que se haga libremente, que sea un derecho público porque un pueblo de mudos no sirve para un carajo, que haya habeas corpus y demósle una pistola a cada ciudadano porque, aunque yo digo que somos ciudadanos galantes me sospecho también que unos cuantos no son caballeros. Hay que tener el derecho de volarle los sesos a los hijos de las gran puta.

No, amigo Hamilton, no Washington. Ese gobierno nacional del que hablan se nos irá de las manos; las Grandes Burocracias, el Ejército Nacional, un Ejecutivo demasiado independiente, protagónico, activo, y se aplasta a la gente y se alojan las cucarachas, anónimas corruptelas... ¡ay, carajo, Alejandro, ya no me gusta ésto, yo soy más provinciano. Y la soberanía tiene que comenzar en uno.

Una ciudad pequeña que sea estado suficiente y yo le escribo una Constitución que ni tenga ejércitos ni banco. Todos con una pistola, sí, para que se limpie a  solas de corruptos y resista al gobierno mismo si vuelve enemigo popular. Y lo que se diga en la ley que sea «For ever». Pistolas para siempre, sí.

   3.

Lo que pasa, James, es que los británicos son unos ardidos, buscabullas, y vendrán a jodernos. Odian a Francia y nosotros con Francia tenemos una alianza y el inglés dirá: «Con ellos o con nosotros». Lo que pasa, James, es que esos piratas ingleses son más fuertes que lo que tú has creído y quieren guerra (y si guerra quieren, se la damos ya que asaltan a nuestras embarcaciones, obstruyen nuestro comercio) y hay que tomar represalias, hacerlo ahora o nunca, si acaso no queremos que se repita el coloniaje.

Y no crees tú que somos vulnerables. La pistola la necesita la Patria, no el ciudadano galante, rompe-esquina que deambula por la calle. Un mono loco y presumido que se toma la justicia en sus manos.

   4.

Y George dijo: «Guerra por motivos de comercio, yo no quiero; hagamos comercio mejor con los ingleses; el comercio forja amigos donde los cañones derraman la sangre».

«Pues, yo me opongo al Jay Treaty», dijo James el pistolero desde el mismo año del 1794, porque yo soy un ciudadano libre y galante y me gusta la pistola en el cinto y el británico maldito por mis labios.

Entonces, Hamilton le dijo: «Contigo no se puede, James; tú no comprendes un gobierno central para tratar estos casos; yo sí soy federalista y tú, demócrata de paja, republicano de blando carrizo; eso sí, con pistolita en la mano».

Ya, enojados aquellos fundadores de constitucionalismo, hicieron sus partidos, uno el Federalista y James Madison, algo que se llamó Demócratas Republicanos.

¿Y pará que pretender escribir leyes para siempre si por lo general se hacen para oprimir al que pretenden servir, o les vale de pretexto? ¿Para qué James echaría pedos a Jefferson si el gobierno nacional nació débil y aún estalló la Guerra de 1812 y… «entonces, Madison, lo entendíste y dejaste de teorizar… ah sí, hace falta una Marina realmente armada y un Banco Nacional, ah sí, en Defensa Nacional.  

*

TEORIA DE LOS HOMBRES CANSADOS

«Estoy cansado de que me digan que, por razón de la tolerancia hacia otras culturas, debemos dejar a Arabia Saudita y a otros países árabes que utilicen nuestro dinero del petróleo para financiar las mezquitas y las escuelas de madrassa islámica para predicar el odio en Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, mientras que a nadie de esos países se les permite fundar una escuela en la iglesia, sinagoga o religiosa en Arabia Saudita o cualquier otro país árabe para enseñar el amor y la tolerancia»:  Bill Cosby, a los 76 años de edad

Las teorías de los «hombres cansados», el pensamiento débil ante la indagación inteligente, honesta y crítica, son seguimiento de integración a los medios visuales de una amplia disparatería y por la vía de Fat Albert y los Chicos Cosby, se va a la tarea de estupidizar y emocionaizar las sociedades. Los hombres cansados se vuelven 'acusadores', tipejos de la calaña de Pat Robertson, Newt Grngrich y otros moralistas de la Extrema Derecha y promotors de niños frívolos y payasiles.

Ahora que Cosby tiene un doctorado / y que algunos ya saben que no se trata de grados honoríficos / se ofrecerá un curriculum a la escuela elemental, dizque para conseguir el verdadero objetivo de la diversidad, los valores familiares, los hitos democráticos, la esencia de ser étnico y, ¿por que no? un aumento en el aprendizaje; ¿aprendizaje de qué? si ha de ser más de lo mismo.

Esta es una de las cosas que le pregunta cuando lo ve un vecino antes de que él se mudara a esas exclusivas zonas, donde se oculta de un diálogo franco, con el hombre de a pie, aduciendo que a las celebridades le molestar que se acerque mucha prensa y cualquier vecino. Estoy cansado de que me instruyan que tengo  que repartir la riqueza a las personas que no tienen mi ética de trabajo».

«Para estar cansado, no mides lo que dices, Bill. Yo también he trabajado duro. Vengo de una familia de obreros de la construcción. Eso sí es rrabajar duro, no ante las cámaras o, como yo, con el tiempo, llevando casos a corte ty firmando papeles... Y no tengo ntención de que me repartas un centavito de lo que has ganado», riposta y sonríe. «Nadie, justamente en la América Corporativa te lo sacará en cara y, a mí menos que nadie me sorprende, que seas un capitalista clásico, libre-empresarIsta, individualista y conservador, pro-valores familiares, entonces estrujar la frase que repudia 'repartir la riqueza a las personas que no tienen mi ética de trabajo', suena a discurso. Has dejado claro que piensas de ese modo toda la vida... Mira tú sabes que soy socialista, que no es una etiqueta para mí. Soy un negro socialista. No he ganado tanto dinero, como tú en el cine y la televisión y sólo ahora me obligan al retiro, he trabjado por 40 años y no estoy cansado».

Bill Cosby ha realizado por cincuenta años una tarea, antes de sentirse cansado: replicar su comicidad hasta el infinito. Parece que está cansado de verdad y no puede cambiar ciertas cosas, pese a que es un hombre simpático; mucho más que el «Fat Albert» de su serie de dibujos animados  O mucho más que el Chapulín Colorado y el Chavo del Ocho.

«¿Cuáles son las cosas que no puedes cambian y te cansan?», le preguntó Spike Lee cuando lo entrevista en 1997, pero fue este vecino que, por causalidad, se lo topa. «Son muchos años sin verte», le dijo Bill y reordaron algunos ratos pasados en la Universidad de Temple, mutua 'alma mater'. Ahora es un activo patrocinador de alumnos del equipo de baloncesto masculino en el campus. Es cierto y de las pocas veces que se han visto, aunque no hayan hablado porque Cosby suele estar rodeado de importantes tipos, que no son el 'hombre de la calle', es porque va a partidos. En los días de gloria del equipo bajo la dirección de John Chaney, el vecino fue un un cercano amigo de Cosby. Con este de avanzar y acrecentar su presencia en un círculo de super-exitosos, el abogadillo de marras, el marxista, le estorba. «Hay que saber elegir a los amigos, ¿o no?»

«Sí. Revela mucho de quién te rodeas y lo que haces».

El público se extraña de la ausencia del tema racial en las historias de Cosby. A más popularidad, más «blanco» en la visión de mundo y la serie «I Spy», puede que conteste para quien es que espía, entre dos diferentes etnias. Lo fascinan los temas de la Guerra Fría y las fantasías de espionaje.  Vietnam del Norte ya no es el enemigo, ya no origina marchas en las calles ni repudio al Servicio Militar. La Unión Soviética no existe, aunque Vladimir Putin sobrevive. Los chinos / en la nación de Mao / apoyan la economía de América. Dan créditos / que ya el gobierno no puede daer ni a los bancos. Entonces, el teorizador del cansancio, con esa voz de abuelo sabihondo, se articula a fantasmas de nuevos enemgos: «Estoy cansado de que me digan que el Islam es una religión de paz, cuando todos los días puedo leer decenas de historias de hombres musulmanes que matan a sus hermanas, esposas e hijas por el honor de la familia; de disturbios musulmanes por algunas leves ofensas; de asesinatos por musulmanes a cristianos y judíos, porque no son creyentes; de musulmanes quemando las escuelas para niñas, de musulmanes lapidando a pedradas a adolescentes víctimas de violación, de muertes por adulterio, de musulmanes mutilando los genitales de las niñas, todo en nombre de Alá, porque el Corán y la Sharia se los indica».

Mas no estaba el abogado para echarle puyas y pedirle cuentas. Esa tarea incómoda fue más de Cosby que suya, porque a él siempre le pegó con la sartén conservadora. «Que eso de ser socialista / marxista / insurgente / en América es cuento de bobos». Y la verdad es que el vecino preguntó por Camille, su esposa, y dos hijas que supo por la prensa que le nacieron. El no quería saber que piensa sobre las disputas entre islámicos y sionistas. Siempre las supo: los judíos tienen las comunicaciones de América en sus manos. Es una simple premisa:  «Si estás en la TV con éxito y ganando millones,convalidas el sionismo. Estás con Israel pase lo que pase. Has de odiar al palestino con todas tus fuerzas».

Sin embargo, a Cosby, el cansado lo mortica que le mencionen sus relaciones con féminas. De asuntos matrimoniales, mejor que no se le hable.  Una mujer canadiense lo acusó de  haberla violado en su mansión de Cheltenham (Philadelphia) y que su conducta es mañosa. Le da somniferos a mujeres, píldoras azules, antes de cometer el abuso de confianza.

Menos mal que a los 76 años es un hombre cansado y siempre la excusa de las extorsiones y la envidia ajena le sirve de coartada. Con un tecnicismo al pelo, ante busconas y parásitos, puede salirse con la suya. Lo que dijo expresa su complicidad con emporios sionuista en América que su persona engordan con «ingresos razonables».

El tiene un doctorado en Educación, especializado en caricaturas, sobrinitos atrabancados y medios visuales desinformadores, pero filtró su islamofobia, y el vecino dice:«Total trabaja con sionistas, pero es una bella persona. Y un viejito cansado» (¡y te la mete monga!) Se suele pensar erróneamente que su doctorado es honorífico y que él es un playboy de los que folla en Las Vegas las playmates of the year. No es cierto. Es sólo anfitrión de Los Angeles Playboy Jazz Festival desde 1979.

En su Teoría de los Hombres Cansados, Cosby se muestra mezquino como si fuera el único contribuyente dekl fisco. Hay distintas maneras de decir que no se quiere Gasto Social para los pobres. «Estoy cansado de escuchar que el gobierno tomará el dinero que ganaba, por la fuerza si es necesario, para  dárselo a la gente demasiado perezosa para ganarlo... Estoy cansado de que me digan que los adictos a las drogas tienen una enfermedad, y que yo debo ayudar a apoyarlos y tratarlos, y pagar por el daño que hacen... Estoy cansado de escuchar ricos deportistas, artistas y políticos de todas partes hablando sobre errores inocentes, errores estúpidos o errores juveniles, cuando todos sabemos que piensan que su único error fue ser atrapado.... Estoy realmente cansado que la gente no tome responsabilidad por sus vidas y sus acciones. Estoy cansado de escucharlos culpar al gobierno, o la discriminación lo grande de sus problemas•..

El vecino rojillo, claro está coincide en algunas cosas. Cosby da consejos sobre la fealdad del tatuaje. Coincido cuando dice: «También... harto de ver a los hombres y mujeres jóvenes en la adolescencia y principios de los 20 llenarse ellos mismos de tatuajes en la cara y rellenarse de hierros, con lo que ellos mismos logran quedarse sin un empleo y así tener que reclamarle dinero al Gobierno. Sí, estoy malditamente cansado»; pero, ¿por qué se enfada con quien dice que el calentamiento global está dañando al mundo? y si quiere un debate, por que no va y se esconde. De veras, él es uno, cuyo cansancio se explica en no querer «que me digan que debo bajar mi nivel de vida para luchar contra el calentamiento mundial». Lo consuela que, a la edad de 76, está de salida. No verá el desastre. «No voy a tener que ver el mundo que estas personas están haciendo. Lamento por mi nieta y sus hijos. Gracias a Dios que estoy en el camino de salida y no en el camino de la entrada».

El vecino rojo / como se lo mencionaría en la casa de los Cosby / es el negro incómodo de Temple. Demasiado franco como para decir que Bill no es el mismo que una vez tuvo por vecino y quiso por amigo, porque es chistoso y dulce como el pan... «¿Qué ha pasado que, con el paso del tiempo, está muy pagado de sí mismo?», se pregunta. «¡Pobre Bill! De veras ha de estar cansado».

Ya Cosby piensa que lo sabe todo, no quiere aprender, rectificar ninguna cosa.  Ahora es el Doctor de la Puerta de Salida, dará consejos y no se repetirá, está cansado para tener que hacerlo. Donde se para deja un epitafio para que lo cite la posteridad. Echa fieros a los drogadictos, a quienes extorsionan al hombre exitoso, a los ambientalistas, los activistas multiculturales, a las reinas de la Beneficencia Pública, al Estado Benefactor, a las Panteras Negras, los socialistas, progresivistas de cualquier izquierda y en cualquier parte del mundo, odia el Islam y la Arabia Saudita, el Tikkun, al que no crea en hacer mucho dinero, como enseñeran los mercaderes venecianos y la Fortune 500 y, por pereza,  se queja del gobierno, su mala suerte y de todos...

*


EL ANGEL DE LA MUERTE


El sutil Ángel Hechicero de la muerte —«vestido con estola nacarina», «brillante como el ébano bruñido»— rondaba el hogar de José de Jesús, ex-Alcalde. Era la madrugada del 24 marzo de 1898, cuando volvió a soñar con la Cacica. Ella le ofrecía «el hombro esclarecido / los bucles de su riza cabellera» y, sobre todo su voz llena de sueños...

El se reclinó en el hombro. La fiebre desaparecía con el reacomodo de su cabeza en su piel.

¡Qué mejor almohada que sus hombros!

En Mayagüez, se dijo por los «conservadores de siempre», a saber, Olaguibet, Balboa Blanes, Suau y Mulet, Ruiz de Porras y los descendientes de Cucullu, el chismoso, quien alegaba que la Cacica no es otra que la Vengadora de la Desobediencia, agente ocasionante de su fiebre tifoidea y que a José no le valdría ser médico. Para infamar más al enfermo, le inventaron antecedentes de ebriedad en Añasco y la Sorbona, gusto por los alcoholes y, sin embargo, él sólo estudiaba la historia de su descubrimiento.

«El verdadero elíxir que yo he bebido es el vino de los parnasianos, la poesía». El verdedero exceso confesar vívidamente, cuando fue diputado en Cortes, sus vivencia del Sitio de París durante la Guerra Franco-Prusiana. al mando de Helmuth von Moltke.

... pero su lealtad no es con Francia ni Prusia. Ni aún España. Leal es sólo a la Cacica...

Como no salía y se alejó del Casino, por causa de la tifus, dijeron que estaba ciego. O le temía a los yankees. No. El escribía sus Teorías de la Visión y, en el casino, disertó varias veces sobre la ceguera. El veía hasta la sombra de lo aparente y, por causa de la Cacica, iba a la región de Yagüez, lugar de aguas puras y claras, y conversaba los sueños que tuvo el mismo Urayoan. De conversaciones tales, organizó su visión política.

No es delirio suyo. Observa cómo la Cacica le habla. Incentiva el seguimiento a ciertas realizaciones. «Aprender a morir en medio del sueño, no antes ni después. En medio, como Osmalín. No dejar de soñar porque, al final, cuando el sueño acabe, lo soñado será tu realidad y estarás en medio de lo más nítido del Alba como «presagio singular que nos advierte / que detrás de la tumba, raya el día».

¡Como obstruyeron y odiaron al médico-poeta, cirujano de París en la colonia! No en balde el ángel de la muerte lo quería, con la presencia especial de su radiancia, la estola nacarina! Le conversaba minuciosamente con la voz de la Cacica, cuyo «labio sonreído se colora» al referirlo como «flor de los trópicos», verdadera  rosa de Venus.  Para José de Jesús, ver el ángel que ronda es confundir «sus mejillas con la Aurora» y la Aurora es el sueño de su Cacica, sueño por el que le surgieron los enemigos que le dejaron morir, en vísperas de un nuevo régimen. El era más que un simple autonomista. O reformero.

Muchos vecinos alegaron serlo hasta que España apretaba las tuercas, los corsetes de suplicio y clavaba astillas entre las uñas de los conspiradores. Desde 1848, cuando se construyó el Cuartel de Infantería, mayagüezano, los administradores José Antonio de Cucullu, asumió que el pueblo está lleno de truhanes subversivos. Y, después de la revuelta de Lares, Bruno Ruiz de Porras y Antonio de Balboa Blanes, argumentaron que la persecución debe ser más intensa y el ex-Alcalde Olaguibel, antes y después de 1887, quiso sangre y torturas. La manifiesta evidencia de las sofocaciones para cuentas al Gobernador Palacios.

«Todo ciudadano es sospechoso en Mayagüez y tiene nombres de truhanes», se dijo y del semanario «La Razón» extrajo a gusto los nombres.

No se salvó ni el ex-alcalde del 1890, el médico-poeta, el buen enamorado  que delira con la Cacica y levanta la visión de dar la autonomía administrativa a las Antillas. «Pero eso no se puede. España lo prohíbe», le dijo Olaguibet. «Se puede, pero hay estar en medio del Sueño», ripostó.

El sutil Ángel Hechicero de la muerte ronda al añasqueño que no canta a la autonomía colonial. Por el contrario, su sueño es tan grande como el de La Cacica de Guarozabo, en Mayagüez, cerca de la costa. El sueño se pervive, rumbo a la islita de Mona, donde hay dos bateyes y una marca taína que la que Cacica hizo. «No es quedarse en la Tula, sin ir al círculo distante y la región encantadora, despertar en el Alba de las Tres Antillas».

06-07-2000

 *

 DE HOYOS Y MAS HOYOS EN SU CARITA, 1985-1988

  
Por un agujero del volcán Nevado del Ruiz en Colombia, por donde erupcionara más fuego, lava y piedras incandescentes, que las que jamás se vieran sobre la Tierra, se hizo necesario que se cavaran  otros 24.000 agujeros y  se sembraran tal cantidad de cadáveres.  Ese año se descubrió que la Antártida es una zona vulnerable. La cubre una capa de ozono agujereada.  Un terremoto y sus remezones de réplica han costado las vidas de 35,000 mexicanos.

Y hay una niña colombiana en la ciudad que llaman «La Agujereada» por el Volcán que casi se cargara con su nombre, Blanca  Nieves Ruiz. El hecho es que su vista en México fue una misión humanitaria. A La Agujereada le harán unas intervenciones quirúrgicas que recons-truyan su rostro, todavía surcado de boquetes en cada mejilla e incrustaciones de  piedras volcánicas.

Es triste. Varada en espera, en limbo migratorio, permanece sin las operaciones. El hospital que le ofreció su quirófano y los médicos que ofrecieron sus servicios, ya no existen. El edificio de hospital está convertido en escombros.  En el año prenunciador del regreso del Cometa Halley, se destacan los eventos sombríos. Chile movía, por faena de caridad, su interés por el caso. «Devolver la alegría la niña colombiana agujereada» y como se sucedieron meses, unos tras otros, vino el día del mentís. 

Un terremoto, con una magnitud de 7.7 en la escala de Richter, azotó el centro de Chile, casi 200 muertos. Se lo dijeron a La Agujereada, «Ya no te operarán. Ahora es en Chile donde sobran los muertos y los heridos». Como si se perpetuara en el pánico, ella, se toca las mejillas y susurra «¡más hoyos, más hoyos!»

Y no le saldrán los dientes, habla como viejita y a la edad de diez, se ha vuelto fea, cenicienta, demacrada; «y no me saldrán los dientes», gime a llanto partido. Su edad avanza, meses tras meses, y en zozobras económicas de sus padres y dolor moral intenso, acaecen sus  vidas y la historia: (Estados Unidos ha bombardeado Libia, hubo intento de matar a Augusto Pinochet, este septiembre en Chile, se complicó la emergencia nuclear tras el estallido de Chernóbil,  clonado el embrión de una oveja y hay escándalos donde quiera. Irangate, por ejemplo, en los EE.UU. se mencione armas, bancos y gobierno).

Por no desobedecer y ante Tormentos Mayores, la niña agujereada arguye que viene el Cometa Halley. Sobrevolará la Tierra y será como ángel de avisos. Y el Cometa, en sus formas angélicas, dijo ella, le habla y la favorece don de profecía. Siente que el pueblo, como siempre, no le creerá porque su voz es meliflua, desagradable, como en dolor y el aire le sale por hoyuelos que tiene en la carita, su antes bella carita de loza, carita nevada; pero, aún así, se sale del quinto patio de su arrabal y alega lo que llama profecías.

«Que diránr a Pinochet que se vaya y entregue el país a la democracia». «Que habrá una gran matanza en China. En la plaza de Tianamen de Pekín». «Que ya no habrá Partido Comunista en Hungría, Polonia,  Checoslovaquía y el Cometa Halley se llevará el muro de Berlín, derribándolo, aunque Israel y Norteamérica construirá los suyos».

En 1988, todo lo que dijo, con galas de profetisa, se cumplió y no pudo dar otras.  Murió. Se organizó una colecta pública para satisfacer los costos de su regreso a Colombia. La niña pidió que sus restos cremados se lancen como cenizas a las que ya se acumulan a los pies del Nevado del Ruiz.

09-12-1990

 *


 LOS TONICOS ENDIABLANTES

«The original right-wing nationalists endorsed ethnic nationalism and believed in defining a true national identity and defending it from elements deemed not part of the identity and corrupt... The Right is primarily used to refer to political groups that have a historical connection with the traditional Right, including: conservatives, reactionaries, monarchists, aristocrats, religious fundamentalists, and nationalists. But in modern times, the right has also encompassed views supporting capitalism and free markets»: Stanley Payne, University of Wisconsin
 
A partir de 1903, o poco más o menos, los negros rebeldes en el Sur de los EE.UU. comenzaron a plantear una serie de luchas e ideas igualitarias.

«Derechos iguales a los de los blancos; proclividad de mujeres blancas a acostarse con inmigrantes chinos. En el Norte, libre asociación obrera».

Pese a los rebrotes de los clubes de linchamientos después del asunto de Dreyfus, anhelaron ser parte de la identidad nacional verdadera; pero el asunto es que el ex-esclavo, como el chino que arribara en previos años, según los Whigs más xenofóbicos del Norte, no debe ser parte de los nacionalistas originarios. A ellos no se les debe permitir que definan la identidad nacional.

Los represores del movimiento, insensibles a toda bondad, dijeron al jefe de la CocaCola: «Usted tiene que ayudarnos. Se necesita una nueva teoría de la producción de agresividad del rebelde sureño. Los enemigos del Africa y de China difunden ideas absurdas, anárquicas y falazmente igualitarias». Las minorías subalternas se han sacado de la manga «eso de querer ser parte (más bien, dígase corruptores) de la identidad nacional». Por supuesto, los peticionarios alegaron que la neocorteza del negro que consume tónicos endiablantes no es igual a la del blanco que bebe CocaCola.

«Claro que el blanco disfruta muchos otros alcoholes y no es tan peligroso como un negro borracho. Es por eso que, en Alabama, hemos tenido que colgarlos».

«Y al indio, aunque con éste, con alcohol que compra se auiodestruye», agrega otro..

«Pero no es culpa del blanco. El mercado se abre, ofrece lo suyo y el indio compra, se jode y es la manera que él mismo dispone».

CocaCola no quiere sacar la «chispa de vida», coca tonificante de su invento burbujeante y la derecha-extrema-conservadora se frustra.

«No son colaborativos», dijo el portavoz de la Causa Extrema.

«Mejor que las cosas sigan como están», se advierte por ejecutivos de la industria de la botella verdosa.

«Y mientras tanto, ¿que se demore la ocasión de darle un repudio?»

«Que demore. Antes eran como cimarrones. Forajidos. Ellos los agresores y nosotros, asustados. Que quieren comprar y beber, un tónico de coca, hecho por nosotros, eso nos conviene. Después de una guerra y el turbulento periodo de la Reconstrucción, reprochar su pertenencia a una comunidad jurídica, atacarlo y provocarlo en sus periferias por racismo, cuando están en calma y en trabajo, respetuosos del contrato social que les dimos, no es viable ni juicioso. Eso sí que no nos conviene. Eso es mala política y afecta malamente a todos».

De hecho, ahora los negros y chinos hacen causa común, se comunican ideológicamente «como blancos» del liberalismo de Locke y borrándose la idea de inferiordad, imitan al que fue su antiguo amo. El amo después de todo no fue acérrimo. Dicen ellos mismos que Lincoln los llevá a la libertad. Abe y los republicanos.

Ahora expone uno que sabe. Existe un presunto papel de las estructuras cerebrales en la agresividad. «¿A quién hace más daño el consumo del opio, a quién la coca en el tónico que fabricamos? Se ha querido que se entienda que es al chino y al negro a quien más daño hacen las sustancias endiablantes, humores espiritosos, mas no es lo que prueba lA medicina china y de Oriente. Que en el Viejo Mundo, en Asia y en África, para ser exactos, la acetilcolina es la verdadera facilitadora de agresividad y perturbaciones. No que en sus poblaciones se prohijan los cerebros más pequeños de esos migrantes».

Los neo-darwinistas han requerido el financiamiento para investigaciones que verificarán de una y por todas que africanos y asiáticos producen menos serotonina y, por tanto, en su sangre y en sus neuronas, escasea el poder apaciguador de la GABA y las catecolaminas.

«¿Por qué ahora, señor, con tanto embeleco? ¿No ven que su están tranquilos? En paz en sus guetos y separados y soñando en paz con nuestras instituciones?»

«Sí, pero sueñan y después exigen cuotas de particpaciones. Nuestras mujeres blancas quieren sexo con el chino... y el negro se encela. La agresividad es mayor en ellos y no en el hombre blanco y es mejor  que se haga algo que cuando ya se crean iguales a nosotros», dijo.

Especuian que diría el dios Locke y los Padres Fundadores que coinciden, en términos de derechos, por el camino de la construcción de ciudadanías y la identidad nacional en Norteamérica.

«No es repudiable... querer la estabilidad del empleo, la calidad de vida. No es reprochable que la felicidad se defina como seguridad en la vejez e invalidez y que tal seguridad se extienda un poco antes del fallecimiento. Esas posiciones son parte de la preservación de los valores tradicionales y culturales que favorecemos. Querer ser parte del ala derechista, bienvenidos... A nuestra forma de jereraquía social y propiedad privada conviene el ingreso aunque sean asiáticos o negros», le dijeron, pero, porfiaron antes a partir de otras premisas, crear el filosofema de que los tónicos a base de cocaína explican la rebeldía, desviaciones y audacias violentas que practican los sureños o gente de color.

«Hay que deslegitimar la cocaína y el opio».

«De acuerdo, pero no es repudiable que negros, asiáticos e indios, quieran una parte de la identidad nacional y el ser parte de la Derecha política», dijo el gran propietario de las Destiladoras.

Muchos afroamericanos defienden productos ecomo son nuestros tónicos y otros de la industria gigantesca, en otros renglones, y trabajan en paz en las destiladoras. Son empleados ejemplares. No beben.. «Hay productos consumidos por la clase dominante a los que jamás aplicaría restricciones o leyes de criminalización, como usted propine».

«Si usted es del gobierno, o de la Oficna de Impuestos, prohiba la cocaína, táxela prohibitivamente,  pero nuestra porción de coca para la chispa líquida de vida no la toque. Sí, prohíba el opio, golpée al árabes y asiáticos, pero, en Virginia no se meta con las tabacaleras... No es fácil construir un vicio y sacar de él gran dinero».

«Políticamente, los Whigs (los acaudalados) y demócratas (masas orientadas) dan balance y las minoría ante esos dos mundos se pierden. Si las masas pobres y negras se bifurcan del centrismo liberal, nos va peor... Vamos a definir unos anarquistas, con poca seratonina, gente que se vuelve violenta cuando consume elíxir de coca y de opiol pero no meta la política en ésto».

Entonces, se instruyeron, por las vías reactivas de las autoridades públicas, sobre ciertas causantes, como son los tónicos revitalizadores, por ejemplo. En los albores del siglo XX drogas como el opio y la cocaína, entonces utilizadas con fines medicinales, entraron en listas bajo leyes criminalizadoras.. Alegaron, como razón prinxipal, que aún las mujeres perdieran sus temperancias y empezaron a hacer sexo con los chinos inmigrantes y eso, por causa del uso maldito del opio. Y se anotó que mexicanos y chicanos, afectos a la marihuana, son cada vez más atrevidos y bravucones.

*

EL PERMISO


Eran las 3: de la tarde después de la revocación del permiso. El Alcalde de Ponce José Tormos Diego cruzó la Plaza de Recreo, contó los pasos en la calle  desde Muñoz Rivera a Degetau. Ahora se culpa. Pesa como un fardo de carrañas y remordimiento. Habría sido mejor, desde el inicio, no dar esperanza al grupo de patriotas. Denegar el permiso al Partido Nacionalista. Pero la orden de suspender la Marcha y revocar el permiso, ya dado, vino directamente del Gobernador.

«Uno no le puede decir no a Blanton Winship. Es el Candelero Grande que a todos nos alumbra y guía. Es como la Biblia o las Tablas que trajo Nelson Miles, el Almirante de las flotas invasoras  Nosotros,  pueblo, siempre dócil, más perdido que un pez en la camaya», dijo con angustia.

A última hora, José Tormos revocó el permiso y el jefe de la policía no dijo, «cancela ese evento, so pena de sangre». Más bien, el capitán Felipe Blanco tomó de su tropel, un buen contingente que incluyó poilcías armados con fusiles y subametralladoras, macanas y revóveres. Lo encaró represivamente a una marcha de índole pacífica, desarmada y la marcha del Domingo de Ramos terminó siendo, al cabo de investigaciones y la Comisión Hays, adscrita a la Comisión Federal de Derechos Cviles, la Masacre de Ponce.

El nacionalista Tomás López de Victoria fue quien le contó lo sucedido a las 3L00 de la tarde del día anterior en la Plaza de Recreo: «Cantamos el Himno La Borinqueña, dijimos Viva Puerto Rico Libre, como enseñó Betances y Albizu. De pronto, el guardia Soldevila me puso una fusta en el pecho y gritó a todos: ¡Ni un paso más! Que el que se mueva lo mato».

Oyéndolo el Alcalde José Tormos, piensa si es conveniente que deje las funciones e su cargo. Blanton, cara pálida de puñeta, decide lo que ocurra en el pueblo. Cualquiera se llena de enojo y carraña, con el exceso de poder y de fuerza. Disparon a centenares, mataron hombres, mujeres y niños. Entre los muertos, hubo adolescentes y adultos. Hoy, en el Dispensario Médico, le informaron que varios de los heridos de bala han muerto.

«Y mire si había odio en ellos, odio de la mala policía y malas entrañas del capitán Felipe Blanco, que cuando se suscitó la balacera, los que marcharon y otros del público que miraba los actos, buscaron refugio en casas cercanas y en las oficinas del Partido, pero, de allí, yendo a residencias como asaltadores y al Comité Nacionalista, la policía nos siguió. Fuimos sacados por la fuerza. Nos iban tirando de las greñas y a darnbos palos», contaba  Tomás López..

«No es que usted sea incompetente, alcalde. Es que como dice. Usted es un pez cautivo, aún vivo, en la camaya. Y el bizarrón que alumbra, según dice, es lámpara oscura, candelero indigno y sin luces», le decía el cura. «Tenemos que dejar este análisis bizantino de las culpas y entenderlo de una vez: Esta es la colonia de Blanton Winship, la Vela apagado. La colonia es la noche oscura, aunque sean las 3:00 de la tarde o las 12:00 del día».

José Tormos se echa la culpa de la Matanza. Quiere renunciar y no lo dejan. Necesitan su testimonio en el juicio y que niegue que haya tenido presiones de La Fortaleza para cancelar, a última hora, el permiso que concediera para dar muestras de inclusión, tolerancia y respeto por el Domingo de Ramos.

          16-02-2000

 *

DELIRIOS DEL PATRIOTA EN PARIS


a Ramón E. Betances Alacán (1827-1898), Padre de la Patria puertorriquena
«Este puñal que usted ve en mi mano está listo pAra clavárseme. Yo lo soltaría, pero todavía debo estudiar ciencias desconocidas y descubrir el mundo qu ELLA habita. Si dejo libre esta mano, noriré sin ver el espíritu que busco y para explorar profundamente esas ciencias, no la puedo dejar encadenada».


«... y me hallé ante el cadáver sagrado de mi prometida y un cirio saqnto ardía ante la cabecera de la virgen de Vorinquen. Y era ella quien me había libertado y luego de mi liberación escondidineo su rostro divino bajo un velo de lágrimas, desapareció  --yo... me quedé solo, ¡solo, para siempre!»: R. E.. Betances, M. D, 22 de abril

Está tan triste y en vértigo que revive, con angustia, los años que siguieron a la muerte de Carmelita, su prometida, su virgen de Borinquen, muerta en sus brazos por el estrago de la fiebre tifoidea. Y, en este trance de hoy, a treinta años o más de perderla sin olvidarla, tiene 71 años, con menos salud para desafiar la amargura y la nueva pena que advino. No es sólo que el «genio bienhechor», «la Razón pura y el Amor venerado» estén ausentes, no puede llamar a Ella, «y dsscubrir el mundo que Ella habita». Sólo reconoce que está en un laberinto de 13 pies, «trece paredes sin salida» y a su alma toda es una prisión, calabozo nocturno, en cuyo plafón se materializan espectros de tarantulas horribles, negras arañas, muerciélagos y cuervos, objetos repugantes en conjunto.

Este golpe a la cordura es peor. «El Gran Cemí ha puesto en sus ojos dos rayos del cielo azul», ojos de ella que era el Amor Venerado y que le avisan que a su tierra han vuelto a perseguirla las fieras. «La oscuridad y la luz se mezclan». Y, arropado por sudores fríos, vio pájaros y culebras, arrojándose sobre insectos, y vio topos, encarnecimiento de enemigos y una «sibila de la desesperación» que invitaba a Corinto, a los hombres que han amado mucho como él. Ya que así, como amó a Lita / Carmelita / María del Carmen, / la invocaba aún enterrada un 25 de abril en Puerto Rico, antes de las nunpacias anuncidas para el 5 de mayo de 1859.

El caballero de la Legión del Honor (del Gobierno de Francia) vive en Neuilly-sur-Seine.  «¡Amado Ramón!», susurraría a su lado, al pie de la cama,  Simplicia Isolina Jiménez Carlo. No tiene celos cuando él invoca a Lita, Cermelita, su primer amor. «La virgen tímida se me acercó...  su boca se me parece a  la rosa adornada de perlas que derrama sobre ella la mañana.... Ella se ha convertido en mi esposa. La cargaré en mis brazos hasta un rincón libre del bosque y la alejaré del antro de las fieras».

Doña Simplicia entiende que Betances, «esposo mío», delira «y si supieras....», que las fieras de las que él siempre habla, cuando sueña la patria desde París, son los mis mos blancos que, desde Europa, «han hallado las tierras de Borinquen, tal como cantaran los hermanos Toba y Otuké. Sólo que ahora en 1898 vienen del Norte, donde  ubica la Casa Oval y la Estatua Gigante a la Libertad, convertida en un simulacro. «La tierra está cubierta de muertos. Los blancos invaden la montaña. Las ramas del bosque seco están enrojecidas por el fuego».
Casi muda, impregnada de pena, está la compañera de los útimos 30 años, Doña Simplicia, la dominicada, antes sierva en la casa de las hermanas del médico, enamorada de él, hasta que en una noche, con dos maletas en mano, se le metió en su casa. No sabe aún si si él la metió al corazón, porque sólo nombra a la Virgen de Borinquen.

Quien dictara desde Saint Thomas, como profeta y mensajero de Ley en condena a la esclavitud y la muerte, «Diez Mandamientos para los Hombres Libres», arde en fiebre Neuilly-sur-Seine, tan lejos para poder ensayar algo, y el Gran Cemí comunicó, como en medio del terremoto / y tsunami, se precede la intuición de  todo, cada rostro asoma, cada recuerdo viene... y se repasa, a distancia, el fracaso militar de Lares, los dirigentes muertos y la inminencia de invasiones

La muerte de Ruiz Belvis dolió. Durante una misión encomendada, fue  envenenado con el mismo tóxico que el coordinador de la Revolución en Curaçao. El francmasón Ruiz, tan amado y valiente, tan generoso y compasivo fue quien propuso el primer hospital de pobres para el pueblo... y  Betances le dijo «sí, cuando vuelvas».Y no vino, sino la malanueva. Que está muerto y esperando que venga cosnpirador y se lo lleve a casa.

Y Betances recordó la Logia Unión Germana, en las cercanías de la villa de San Germán.y se unió, el que desde su niñez en Tolouse, se place en decir «creo en la Duda Metódica, sobre todas las cosas» y con Segundo Ruiz, cofundó la Logia Yagüez, e intentaron dar a la Ciudad mayaguenzana la primera casa de estudios e hipotecaron sus viviendas privadas para el proyecto universitario, que el gobierno llamó «actividad subversiva», «semillero para revueltas» que debe ser cancelado. «O se acaba el proyecto, o soy yo quien quemaré las aulas».

Después, para cesar el exilio de Saint Thomas, echaron a Gregorio Luperón y Betances. Fue tras el fracaso de Lares. el embargo de armas, el uso de Haití como base guerrillera para la guerra de restauración independentista dominicana contra España. De la reanexión del país a España quiso beneficiarse el general. Pedro Santana y «de tales dictadores, no es bueno confiarse», comentaría Ruiz Belvis en vida. «Ni tampoco confiemos en cipayos anexionistas».

Se pudo referir a agentes de Buenaventura Báez, gente gringófila, contra quien Luperón y Betances organizabn su combate en el Valle de Cibao, Santiago de los Caballeros y Puerto Plata.. Se pudo referir a los pequeños yankees de Borinquen y Cuba, pitiyanquis de la sacarocracia

Dolieron los días del canto de Toba para su hermano Otuké y eran días en que lloró a Ruiz Belvis, con un amor distinto al de Carmelita, pero profundo amor, días de sociedades secretas por la abolición, diálogos en clave con Gómez Cuevas, Pedro Goico, Salvador Brau y aquellos que intuyeron la sensación de que les sigue la mirada aviesa del Gobernador Fernando Cotoner, o de Romualdo Palacios, entre otros. Cotoner fiee el primero que a Betances lo mandó al exilio, lo distancio de sus amigos y afectos sin contemplaciones. Supo que lo leen John Brown, Lamartine y Victor Schoelcher, que Martí le llama uno de sus Maestros y que es amigo de Tapia, «el peligroso», Salvador Brau.y de Jacmel, Haiti, amigo de Jean Nissage-Saget y las malas sombras.

En torno a Pedro Betances, ya se supo, es su pariente probado. En 1808 se alzó en el Haití español contra La Corona y sus autoridades, por lo que se le torturó y quemó como se aplica a los infieles. Ya, desde entonces, considerada las sospechas, su parentela es inscrita en libros de bautismos, en renglón aprobado a los prietuzcos, herejes, judíos y pardos, y esto se ha discutido en Cabo Rojo aunque su línea materna, cepa de los Alcanes, fue honrada por el Gobierno de España. «Hay un marino valiente y heroico entre ellos y sangre española y francesa que no avergüenza a nadie».

Está tan triste y en vértigo que revive las vivencias durante la epidemia de cólera en 1855, un año más y ya sería médico-cirujano, cuando le llaman Padre de los Pobres y junto a Pedro Gerónimo Goyco, atendería a los indigentes del Oeste, de Mayagüez a Cabo Rojo. Siempre se las ingenia y puede.

Ahora, en París, ha vencido el invasor blanco y la Sibila de la desesperación... Su pueblo fue tomado por los yankees, como lo había advertido Martí, Bolívar y otros. El águila del Norte sobrevuela.

2.

La revolución antimonárquica del liberalismo radical lo hizo poeta en medio de París, pero no es suficiente. «Los blancos invaden la montaña»  y el colonialismo en Cuba, en consecuencia, se combate con guerras. Con Maceo a la cabeza y los guajiros.

Un frente de batalla se intensifica contra España y otrao vigila la presencia de la Norteamérica sajona. Hay peligro en el Norte, dice el Gran Cemí y, por eso, es diplomático por Cuba en Francia... y los rostros de su Borinquen, convertida en botín de la guerra, reaparecen y no es que delira,  sucede. Y declara: «no la puedo dejar encadenada» y es la Virgen, la niña que lo cautivó siendo cuarentón, poque es como la virgen misma, con diez años, «tan amable como llena de alegría», «y él era un hombre apasionado y extraño, y pensativo» y no es que sea un hombre loco y poeta, aquel «que se perdía en ensoñaciones»; se trata de ino que comprende la Razón pura y el Amor venerado, aunque lo rodean invasores y un torrente rugidor que lo ensordece y desvasta. Lo siente sobre el lecho de muerte y por todos los costados...

*

LA PESADILLA DE TANTON

«I' ve come to the point of view that for European-American society and culture to persist requires a European-American majority, and a clear one at that»: John Tanton, Dec. 10, 1993


«And more troublesome, what about the less intelligent, who logically should have less? Who is going to break the bad news [to less intelligent individuals], and how will it be implemented?... I have no doubt that individual minority persons can assimilate to the culture necessary to run an advanced society but if through mass migration, the culture of the homeland is transplanted from Latin America to California, then my guess is we will see the same degree of success with governmental and social institutions that we have seen in Latin America»: John Tanton, Padre del Movimiento Anti-inmigrante y la Literatura del Odio en Norte-América

Fue un día muy activo, con mucha bilis derramada y estaba deseoso de echarse en la cama y dormir profundamente. Anduvo con Roy Beck, director de «Numbers USA» (también, compinche de andanzas y ex-empleado de la Fundación U.S. Inc., del propio John Tanton). Ellos dos son los que mantienen el racismo vivo en la nación de Washington, Madison y Adams.

El viejo funcionario, el Dr. Tanton. es considerado el arquitecto principal de la Ley Migratoria de 1924, que instituyó el sistema de cuotas y prohibió la inmigración asiática a los EE.UU. Es anti-semita y en el decenio de los Cuarenta vocero pro-Nazi de  la Coalición Americana de Sociedades Patrióticas, por lo que fue acusado por violar las leyes de sedición en 1942.

«Sé que te quieres acostar, te ví esta noche  soñoliento y fatigado. Voy a cerrar bien toda tu casa. Pusimos mucha presión al condenar a los invasores; había Mafia mexicana, velándonos, y judíos secreteándose cosas y no me gusta que nos sintamos tan lirondos cuando alguien a quien ofreces una revista de FAIR, como American Renaissance, en tus propias narices la escupe, te la rechaza y riposta, como activistas que te refiero: 'this is a racist, pseudo-scientific magazine' y no la quiero», lo advierte.

«Pero, hombre, ¿te amendrentaron? Los datos están ahí. Si decimos que la habilidad de los latinos para gobernar California es casi nula es porque es cierto, allá y en Michigan, en Texas o Washington. La habilidad de ellos es nula aquí... whether the minorities who are going to inherit California (85% of the lower-grade school children are now minorities -- demography is destiny!),  ¿crees que podrán regir en una sociedad avanzada y quitarnos el poder? No. Por mil demonios no... porque ellos son mediocres, inferiores y nosotros sí sabemps spnre los males de la raza, la inteligencia que se descuida y la eugenesia que se pone a la zaga»

Y mientras daba esa perorata, casi desnudándose enfrente para echarse a la cama, el Buen Roy Beck velaba por la seguridad de la casa, activando alarmas, pestillos y barrotes. ¡Que par de pejes!

Uno, como el viejo, a la caza de contactar excéntricos  multimillonarios, como Robert K. Graham, de quien supo sus quehaceres de eugenesia, afán de que le construya una raza perfecta, digna de inscribirse en la novela The Camp of the Saints de Tarton. Un mundo donde no haya esa hordas salvajes de indios tomando a Francia por asalto ni mujeres blancas enviadas a budeles inmundos para el disfrute de hindúes de oscuros rostros e hirsutas barbas, «in a grotesque orgy of men, women and children».

Hay otra novela de Tanton que toca el tema de la lucha de las razas, The Turner Diaries, casi un credo de supremacistas angkosajones en América y él la llena de monstruos que saca de su fantasía. Todos los inmigrantes son monstruos, «grotescos enanos», «mendigos en las calles de Calcuta», sólo que según pasa el tiempo actualiza personajes. Ya no necesita judíos, pese a que. niega el Holocausto y sigue odiándolos; ya no necesita negros colgados de ramajes de los árboles. Basta con que sepan que él es amigo de los que defienden los clanes (KKK) y quien es pensador nacionalista en pro de la raza blanca, lo llamará Buen Amigo.  Sepan que el Buen John es Amigo del Buen Roy y es es un guerrero.

«¿Estás ahí?», a veces piensa que sufre algo de paranoia.

Llama y pregunta por el Buen Roy, su editor de Europhobia: The Hostility Toward European-Descended Americans, para que le ponga sobre la mesita de noche la grabación hecha en la tarde, antes del evento nocturno, cuando estuvo con John Vinson, a quien entregó el apoyo incondicional al grupo  «American Immigration Control Foundation», gente que se explaya contra el multiculturalismo y que, a su juicio, lamentablemente, «por razón del mísero pueblo que somos», reemplaza la cultura euroamericana con culturas disfuncionales del Tercer Mundo.

Desde la compañía publicadora, The Social Contract Press, Tanton y sus asociados llenan la comunidad de propaganda, de una esquina a otra del país y sus organizaciones forman la red de su Tarántula de xenofobia, cada hilo una picadura venenosa, Federation for American Immigration Reform (FAIR),  U.S. Inc., Center for Immigration Studies (CIS) y otras tantas.

Después de su jubilación en Michigan, donde fue oftalmólogo, se ha dedicado a sacar los ojos al prójimo, cerrárselos, como los suyos, para no admitir los cambios demográfico y quedarse con la ilusa jactancia de un mundo nacionalista eurocéntrico y mayoritario. La «American culture» que discursa en su miopía  equivale a una mayoría de ancestro europeo, donde quien migra se asimila, porque, de no ser así, maldita la hora de recibirlos. Maldito el país, que claudica por la mediocridad, el autosuicidio y la decadencia.

Desde que Beck editó «The Immigration Invasion», el libro de Tanton, sus nombres circulan juntos. Dos tales para cuales. Ambos enfatizan que la amenaza más grande que acosa a Norteamérica USA es la inmigración desde el Sur de la Frontera, mexicanos y centros-americanos que son «non-white aliens», el bloque de enemigo.

Es preferible que se replique el publicitado Gen Humano sintetizado en Inglaterra a que se siga llenando el país de asiáticos. Ambos, Tanton y Beck, creen que levantar un Muro o Tortilla de Acero y Hormigón Armado, con super-tecnología que pueda detectar a quien se filtre e invada el Norte, i.e., para entrar a los EE.UU., es tan deseable como fue para los comunistas alemanes cuando vieron el flujo:de ‘traidores’ desde Berlín entre  el mundo delante y detrás de la Cortina de Hierro. y  separaron dos ciudades alemanas con alambradas de púas y luego con una muralla de concreto, mallas electrificadas, minas, perros y atalaya.

«Ah, buen Roy, lo que me quieras comunicar, házlo mañana, ¿de acuerdo?»

«Pero te dije... es por cuestièn de seguridad que prefieron hablarte por un rato esta noche».

«El sueño me mata, o los años. Mi lucha y mi salud es lo que debe quedar.  Guarda todo, sé buenito que el viejo está agotado».

«Lo hago, lo hago».

«Para que mi nombre sea honrado con sala dedicada en la Biblioteca Histórica de Bentley»

Mas son los mismos académicos de la Universidad de Michigan, donde opera la Biblioteca Histórica Bentley, quienes se preguntan: «¿Cómo es posible que se guarde aquí la basura / 'private papers' de Tanton / su literatura de odio, la más hediente en el siglo?  Cada libro de Tanton-Beck es feroz diatraba, pero su último libraci marca el año de 1988 como el «hito del nuevo racismo antiinmigrante y anti-multicultural».

Regresa de un evento en que habló con rudeza inusitado contra las autoridades de la frontera canadiense, censuradores, que impoden que el libro entre al país y se distribuya en Quebec. «That's hate  literature», le dijo un canadiense en la actividad, «we don’t like that shit out there!»

«El canadiense y el mexicano nos agriaron esta noche», dice Roy.

«Me he sentido  mal, Roy, pero te pregunto: Ese fulano blanco, que dijo que es oftalmólogo como yo y apenas endereza sus ojos bizcos, ¿que me dirá que me mortifique? ¿Quién es para curar a las bizcas consciencias, quién es para dudar de lo que yo digo, que es simple.  Si una persona de una minoría particular [léase asiático o mexicanom si viene a California] es mejor que tenga la inteligencia y cultura necesaria para asimilarse de modo que él y su familia puedan funcionar bien en una sociedad avanzada». 

Tal vez no supo formular sus preguntas. O está estúpidamente prejuiciado y las conclusiones que dio por respuesta son irrisorias...A través de la inmigración en masa, que Tanton designa la Invasión, «la cultura de sus naciones se transplanta» y, desde América Latina, «se trae a California el mismo grado de desarrollo o avance que tienen en su gobierno e instituciones sociales»... ah, que es CERO, la gran mierda.

«¿Dejaremos a individuos como tales que sean llamados inteligentes, les daremos privilegios estatales o federales para que puedan seguir procreándose y teniendo más hijos?» Pues, sepan, pobres diablos:  John Tanton dice que no. El centro CIS y FAIR dicen que no.  American Immigration Control Foundation, se ha unido y dice que NO, NO y NO.

No se acercó, no se dio cuenta, si Beck se fue y dejó la grabación solicitada sobre su mesita, con el vaso de agua. El Buen Roy también debe estar soñoliento porque dizque, como dos guerreros arios,  trabajan para quitar de la psiquis de los blancos esa culpa («unwarranted hatred and fear») que los multiculturalistas infligen para dar su complicidad a los invasores migratorios.

«Hola, John», dijo.

«Carajo… no me jodas. Un enano de Calcuta… ¿Quién es usted? ¿Por qué entra a mi dormitorio? ¿Roy le dejó pasar? Ah, mitad de ser, ¿qué quiere?»

«No sé de qué Roy me habla usted».

Le dio más enojo que miedo y le produjo una cierta parálisis cuando el sujeto dijo que dejaron las fronteras abiertas y fue el primero que entró con su familia. «Sólo tuve que apretar el paso y sentirme en su casa... Vengo con mi familia. Detrás de mí, seguro que vendrán otros miles, con sus hijos y sus esperanzas».

Tanton hizo esfuerzos por levantarse y por causa de un brusco movimiento, comenzaron a chillar las alarmas que el Buen Roy activara antes de irse en el bunker, donde el jubilado vive. El invasor parecía no oírlas, pues con su santa calma describía cómo su esposa e hijos tomaron las habitaciones.

«Todos estamos cansados. Caminamos por desiertos, sufrimos en guerras. Es tan hermoso que el presidente  Ronald Reagan y Mikhail Gorbachev aliviaran las tensiones entre dos superpotencias, como ésta y Rusia y se decidera, ya por fin, el final de la Guerra Fría... Ahora venimos por causa del Fondo de Pioneros que usted promueve para animar el mejoramiento racial... »

«¡No,no!», gritó.

«Simplemente, soy un músico, antes un miklitar no se lo niego, músico entre aquellos que llevaron su concierto Live Aid para el socorro de la hambruna en Etiopía; pero yo vine, con mi familia de Ucrania y ví que la mayor parte del mundo está empozado con desechos radiactivos y la catástrofe de Chernobyl no es la única; que tpmé como causs. Usted debe estar preguntándose ¿cómo supo del Pioneer Fund, y el proyecto ‘race betterment', si sólo se permite saber de él a recomendados de grupos privados y gente que ofrezca nuevo entendimiento de la cultura judía?... Vea,  precisamente, porque soy judío y hay que rehacer a muchos  de ellos, a sionistas, que apoyan la guerra Irán-Irak, que lleva más de un millón de muertos... yo soy un judío que me quiero rehacer, he amado la venganza y la guerra. Y, ahora me corrijo. Vea usted. Nunca estuvo el mundo tan plagado de guerra, como ahora. Ni tan cerca de una guerra nuclear como en  octubre de 1962 y yo no quise saludar el pacifismo ni miré el Africa hambrienta de justicia. Ni el Congo y estuve allí, como soldado, cuando ocurrió la masacre de Sharpeville, y yo fui un soldado en servicio del apartheid sudafricano... Dieciocho naciones africanas alcanzaron su independencia en ese decenio. Por eso, si hay los fondos pioneros, quiero un millón de dólares y tal vez iniciar un proyecto con inmigrantes....y usted, me dijeron es el mayor experto, ¿o me engaño?»

En medio de su pánico, miedo a no ver lo suficiente  ni poder sobreponerse de la repentina parálisis, miedo a no acertar el paso que lo lleve a sus alpargatas, se dispuso a desgañitarse. «¡Fuera de mi casa! ¡Fuera!»,  gritaba.

Vana emisión de voluntad. No hay sonido que opacara al imaginario estruendo o chirrido de las alarmas. No quería escuchar a este hombre que revuelca su conciencia. Y es vano empeño. Ese hombre no existe. No está está el Buen Roy ni ninguna otra persona en la casa. Nada suena como alarma y nada puede oirlo. Subjetivamente, dentro de sí tal vez. Mas su corazón no oye.

Está con ideas por percibir, pero más allá de las teorías de su vieja ciencia oftalmológica.

08-02-2008

*

EL DIA UNO 

a James Meredith (1933- ) «I was engaged in a war. I considered myself engaged in a war from Day One. And my objective was to force the federal government – the Kennedy administration at that time – into a position where they would have to use the United States military force to enforce my rights as a citizen»: James Meredith 
El Día Uno

K El primer día de mi vida verdadera y conscientiva yo lo llamé el Día Uno. El Día Uno de mi libertad, el día uno de ser un guerrero. Cuando ya había regresado de la Fuerza Aérea, a pocos años, durante el verano de 1955, lo preciso, mataron a Emmett Till, vecino de Chicago que visitaba con su familia Money, Mississippi. Yo creo que mi corazón estaba en el cuerpo de ese adolescente de Chicago; yo me he atrevido a silbar a una mujer blanca, como diciéndole usted es hermosa, y no creo que se me tenga que matar por eso.

He entrado a tiendas de la gente blanca. Veo que abren los ojos, azorados, temerosos. Creo que no soy invisible, ni un marciano o venusino ente intergaláctico. No tengo por qué sufrir que alguien me juzgue con horror. Siempre trato con amor a la gente. Y, generosamente, me visto el uniforme militar de la Fuerza Aérea para que me tengan confianza. Soy ciudadano de un país, cuya Constitución tiene una Carta de Derechos, digamos que en defensa de esta nación, yo me hice militar, en cierto modo / guerrero.

Este día ha cambiado mi vida. Ahora entiendo cuánta razón tenía mi padre durante los tiempos que hablamos... Cuando secuestraron a ese chico negro, sólo por ser negro, yo me acuerdo de mi niñez, de mis padres y mi familia toda; cuando lo golpearon salvajemente, el dolor que se aplicara contra él es en mí que duele más intensamente. El disparo que matara a Emmett Till se me alojó en alguna herida. La mujer que se ofendiera por un silbido que le echara el muchacho debe estar llena de odio y debió ser la que haya sido arrojada al río de Tallahatchie, aquel 28 de agosto. (¡Mire usted si he cambiado!)

Estoy dentro de ese féretro abierto mostrando mis heridas. Este féretro de Emmett Till es cada calle por la que voy. Todo lo que me hace sentir amenazado, prohibido o a punto de ser asesinado. Es el féretro de la consciencia atada, escupida y obstruída. Ese ataúd le pertenece a cada negro estadounidense. Conversé largamente con los abogados de la NAACP sobre Emmett. Ellos me ayudarán a que mis heridas no duelan tanto. Quiero que ese ataúd ya no esté más abierto, porque dentro está un ser humano que gime todavía y echa gritos de dolor en las calles de Mississippi.

La NAACP y yo libraremos una batalla. Cerrar ese ataúd es asunto que compete a un negro y el Gobernador. Ross R. Barnett proclamó que «mientras yo sea Gobernador, ninguna escuela será integrada / no school will be integrated in Mississippi while I am your Governor». Cada día que se me diga que yo soy un negro silbando a una mujer blanca y que ahora vengo a silbar con las hijas universitarias de los hombres blancos, es como si autorizaran a que venga una turba sobre mí. Es un acto de secuestro, maltrato y homicidio, ya no contra Emmett. Contra mí. Es alguien que abre el ataúd y blasfema el dolor que hay dentro.

Supongo que ese Día Uno yo fui visible por primera vez. El Gobernador reconoció que yo existo. El Fiscal General de los EE.UU., Robert Kennedy le hizo conocer a Barnett que yo soy un guerrero. Supongo que Emmett no llegó a ver el Día Uno en su vida; yo no voy a dejar que me obstruyan el Día Uno.

Barnett fue multado con $10,000 y sentenciado a cárcel por desobedecer lo que la Justicia Federal le dijo: Un joven negro necesita comenzar sus estudios. Ese joven soy yo. Y no vengo a silbar a ninguna mujer blanca. Vengo a cerrar todas las heridas que se infligieron sobre el cuerpo de un adolescente. Vengo, si quieren verlo así, a sacar del río el cadáver, donde se le halló con la cabeza destrozada por los balazos y el despeñamiento.

Antes de ese verano, yo no era pretencioso. Quería ser uno más de los que estudiaban en el campus de la Universidad de Missisippi desde esos tiempos, pero el miedo.... el miedo... ya, cuando el 20 de septiembre de 1962, dí mis primeros pasos hacia la entrada, me sentí envalentonado, pero no se me dejó entrar; volví el 25 y tampoco y después el 26... yo quería un Día Uno de mi vida, como estudiante. Tenía ya un diploma de negro, una victoria legal que ordenaba mi admisión a la Universidad de Mississippi, la expectativa de verme fuera de la doctrina Separated, but equal. Pero también... tuve enemigos. Uno tan importante como el Gobernador y sus turbas de elitismo racista.

2.

Para que James se educara, en su natal Kosciusko, Mississippi, él tuvo que convertirse en guerrero. Sus batallas comenzaron durante su infancia. Había quien pensara que el niño no necesitaba más instrucción que la que la madre imparte ni más trabajo que el que asignara el Papá. A James le dijeron que tenía que ser más negro, más puro, no indio, para que se le respetara. Y pudiera ir a la escuela; desafío, no inciertio,, él fue a la escuela sin miedo y todos se acostumbraron a verlo y quererlo.

Los Meredith y su ancestro se peleaban con parientes que tenían más pura la sangre de Choctaw; unos le pedían al pequeño Meredith que fuese un indio obediente, así «cuando crezcas se te venderá licor y la marihuana, la talarás tú mismo por ahí, en tus andurriales, camino a casa». Otros le decían: «Vé a la escuela, para que aprendas, por lo menos, a ver la cantidad que te pagan y reconozcas tu nombre con letras, no sólo por el oído».

«Mas Papá fue más terco». Instruía a James, que oía con respeto... porque ambos eran listos y entre gente lista, se abona la empatía y la sinceridad... «Yo quiero ser un guerrero, Papá». No eran cosas de niños, o boberías. Le dijo: «Prepárate para serlo». Y puede que mucho antes que el discurso de Stokely Carmichael en los '60, ofrecido en Greenwood, Mississippi, James se lo oyera a su padre siendo niño: El negro del país que se una como UNO, que reconozca su herencia y que ayude a construir un sentido de comunidad, porque el blanco va a decirle: «Somos iguales y esa la mentira más grande entre todas la que forman la Tabla de Valores de la sociedad blanca».

Su padre dijo más: «Entre un guerrero y su víctima hay una diferencia enorme. James, ni somos iguales al indio ni al negro ni al blanco, ni siquiera dentro de una raza hay igualdades... «¿Por qué, si dicen que somos iguales: los blancos nos solicitan que estemos lejos de ellos, por qué morimos más pronto, por qué hoy bebemos más alcohol que en los días de la Ley Seca, o cuando éramos esclavos y la tristeza y la miseria eran más visibles? Hoy comemos más, pero seguimos con altas tasas de tuberculosis y, James, cuando eras tú demasiado niño para verlo, a los negros los linchaban en los caminos. Los colgaban de los árboles»...

Para el blanco son las drogas de sulfa, al negro el remedio casero del yerbero.  «En Mississippi, la salud se basa en la clase. Y nosotros tenemos una clase con una mala dieta, una raza de gordos con problemas cardíacos y estrés y con mucho vicio de alcohol, una raza dolida por linchamientos, amenazada y marginada».

«Es una mentira. Nadie es igual a nadie ni por el color de la piel... A unos la inteligencia se les despierta tarde. Unos no aprenden jamás, sean los más blancos o los más prietos. Unos no quieren justificia, porque son blancos malos, otros son preferente blanco de las balas y las golpizas, porque son los guerreros buenos... Recuerdo cuando se me decía: Tú, Cabecita chata, lo que tienes que ser es agricultor; como fueron las tribus de la Muskhogea, al este de río Tombigbee», así decía una negra delgadita, la única que conocí que lo fuera».

Posiblemente, la Madre de James supo algunos secretos sobre la adecuada nutrición y el vestir menos la tela de lana que la de algodón. El varón es quien no quiere control de nacimientos, pero, sí él advierte que en el campo la higiene sanitaria debe ser modernizada. Con tanta abundancia de manantiales, ¡qué muchas casas de negros no saben qué es el agua potable, agua limpia por el fuego! El blanco se queja de que el negro es maloliente. Bueno, a bañarse más y a menudo es una forma de desmentirlos y aprender disciplina de guerrero...

«Viven y comen como si fueran marranos. Por eso anglosajón y el judío dicen: Separados es mejor. Quédense allá. Allá pueden ser iguales, sí... iguales entre ustedes, ¿me comprendes hijo? ... ahora te diré algo sobre la universidad. ¿Quieres ir? Hállala también en cada lugar, en la conversación con otros, los tranquilos y viejos con el corazón eterno, en el presente transitivo... La gente cree que la Universidad lo enseña todo, que allí está el almacén de la Verdad y la Sabiduría. Acuérdate en las universidades están muchos demonios encerrados. Los perseguidores y manipuladores de la Consciencia y de la Libertad. Los centros universitarios son los más penetrados por la CIA; son campos de batalla, donde se pelea una guerra de baja intensidad, que es la más importante de todas, porque es infiltración de una clase por otra y el proyecto de influir en los paradigmas del pensamiento social».

Ya cuando su padre no vive, James cuenta los días en los que será un ciudadano, no un ser mutante y escondido. «Porque los negros jugamos al camaleón y cambíamos de color, James, aprende a vivir. No estás exento de que un día venga el blanco a besarte las mejillas y después te apuñale por la espalda, cuando estés desprevenido».

«James, házme caso» para que no suceda ésto... Le han negado varias veces su admisión universtaria a la UM. Dicen que Bob Dylan sabe de su caso. «James Meredith won a lawsuit that allowed him admission to the University of Mississippi in September 1962». Cuando dicen en Oxford Town que «James parece un chico bueno y patriota», ya que sirvió en el Army, otros recuerdan: «But he is still a nigger!» ... Bueno, en la naturaleza misma de las cosas, nada es liso y parejo, nada es igual ni homogéneo.

Después James se matriculó en Jackson State College en 1960, hizo dos años de Ciencias Políticas, en un afán de entender cuán profundamente enferma está esta sociedad que su padre no quiere. «¿Ves, América, que yo soy un negro bueno?»

A su padre le habría gustado que él estudiara medicina porque, en los ghettos hacen faltan médicos que instruyan a las negras primerizas. La medicina de excelencia se combine con la boca de científicos sociales, porque los pobres se están poniendo gordos, demasiado gordos para correr en caso de motines y quemazones. Y las franquicias de comidas rápidas colocan mucha grasa en los sesos. «¿Ves, América, que yo soy un negro bueno? Lo que haya sido invertido en mí, tarde o temprano da frutos».

Ahora, hasta su propio padre, especula en torno a qué puede estar pensando Dios sobre el dinero y aquel que lo tiene en abundancia. «If you want to know what God thinks of money, just look at the people he gave it to». ¿Se lo habrá dado a los blancos porque ellos son mejores? James no sabe a quien ha citado su padre. Habrá sido algo que leyó durante la Era de Roosevelt, cuando su padre, dijo que FDR, con la firma del Acta Wagner y el establecimiento del Seguro Social, estaba trayendo esperanzas a los obreros, unionados de los sindicatos y los envejecidos jornaleros. «People at least are getting something to live on in their later years».

Los amigos de su padre y los jóvenes de los decenios 1950s y 1960 todavía no se enteraban de que el progreso, cuando viene, llega con mejores salarios, menos horas de la jornada de trabajo, más ocio, plus Medicare -- y un seguro de salud para la gente vieja.

El que se repite «Que la piel no cuenta, que por la piel no se sufre... sufre el alma, que hay que ser bueno, no un revoltoso que inspire el odio... regresó del Ejército porque el dinero, Dios no se lo dio a Papá ni la Era de RFD lo premió, para que pudiera dar algo más que consejo ... «Pero, ¿qué te hizo a tí el indochino, James? ... porque elogió el nombre de James Meredith y, tras terminar, la escuela preparatoria, ingresó a la Fuerza Aérea. «Que si los coreanos no le cayeron bien, es la misma cosa de que las insidiosas objecciones al que tiene la cabeza chata y los ojos oblicuos, gente de los Choctaw». Y, porque sirvió a la aviación militar, a su regreso, se James comportaba como si ya lo que viniese a ser su destino fuese una transición hacia la blanquez. En Jackson State College, comenzó sus planes de ser el primer indio de cabeza chata, guerrero negro, afroamericano, que rompe las barreras... del Día Uno. Las que Emmett Till no pudo romper.

3.

Previo al Día Uno fue escoltado secretamente para que participara en el proceso de registro como alumno. Seleccionaría las clases, según unos folletos de orientación, pagaría los costos de matriculación. Quería sus 18 créditos. Tiempo completo. De hecho, ese día los alguaciles federales, patrulleros de frontera y guardias de la prisión federal se apostaron alrededor del campus. No estaría solo.

Lo dejaron llegar hasta el Lyceum Hall. Pero según avanzaba el día, se reunieron centenares de estudiantes para verlo. Algunos levantaban el puño y se decían solidarios. Una enorme pancarta reproducía la fotografía publicada en la revista Jey: el cadáver de Emmett Till, que ya era un fantasma vivo por el predio de la universidad. «Unas 50,000 personas pudieron haber visto el cuerpo de Emmet Till durante el funeral en su casa de Chicago»; pero, ahora habría que ver su recuerdo encarnado en el negro que desafiara al Gobernador.

Estudiantes blancos y otros blancos iniciaron disturbios esa misma noche. Descubrieron que estaba en los dormitorios. La presencia de los alguaciles fue el mejor delato. Entonces, le arrojaron piedras y botellazos. Esa misma noche, un periodista extranjero fue muerto frente Lyceum Hall. Quería entrevistar a James para el London Daily Sketch y las balas alcanzaron a 28 alguaciles. A menos de una hora de fragor, entre los perros del odio y del racismo, se halló el segundo cadáver posteriormente.

El levantamiento segregacionista hirió a 160 estudiantes (48 policías entre ellos), a pedradas y botellazos. James ni siquiera se asomaba a la ventana. Oía los gritos. Reflexionó si era mejor abandonar el ideal de ser guerrero. Su mente se fue hasta su adolescencia y las primeras confrontaciones con la dureza de su destino. Y conste: no se le dijo el Gran Jefe Mushalatubee ni otro cacique, de sangre mixta, que se hizo llamar Pitchlynn, o Peter Perkins.

Toda esa gente fue buena. No anduvo armada. Hablaron un idioma que él ya desconoce. Esa gente fue como la que él quiso ser hasta que la pobreza lo llevó a Corea. «Cuando ellos se quejaban de opresión y maltrato no se dieron cuenta que la perspectiva de ese sufrimiento fue la separación. Han admitido la palabra del Hombre Blanco, que el verdadero Gran Cacique, que dicta para blancos, negros, mestizos y mulatos, su doctrina: Separados pero iguales; «nosotros somos el Jim Crow voluntario».

Medita si vale la pena seguir SEPARADOS, porque iguales no somos. «Mira cómo ellos, blancos, atacan a sus policías blancos, lastiman a estudiantes blancos que me apoyan por llegar con mi cabeza chata y mis labios bembos».

Después de que la policía de carreteras de Mississippi salió del campus, el presidente Kennedy envió al ejército regular para suprimir el levantamiento segregacionista. Meredith pudo iniciar sus clases al día siguiente, gracias a la presencia del ejército.

El Día Uno que James vive preambularmente y del que aspira a que sea el primero de su libertad, no ha llegado todavía. Ya no tiembla en sus manos un telegrama fechado el 4 de de febrero de 1961. Había escrito sobre el telegrama «No Soy Libre Aún». Lo relee. Lo tiene sobre su cuaderno dentro de un aula. Medita como en la noche anterior que los imperativos de la sociedad blanca son antisociales; pero duelen en la sociedad más pobre, que es la suya. Desde que la negrada como grupo se emplea y educa en la ciudad, ya no sabe para quien trabaja. Abundan los accidentes industriales y las farmacéuticas, los hospitales y las agencias de seguro, forman equipos ominosos.

En la universidad, hay policías blancos defendiendo su paso franco y expedito por los pasillos, pero él los oye. Se lamentan de que el caprichito de un negro mueva el Establecimiento a protegerlo, sacan cuesta del costo financiero, de hacer rey a un pobre indio-negro-a son of bitch, a final de cuentas.

Decía su padre que la Sociedad Blanca mata con la hipertensión y el estrés, utiliza asesinos silenciosos que se originan en las condiciones sociales. La principales causas de enfermedades modernas son ambientales. «The largest kilers!» Entre el 70 y 90% de todos los cánceres se origina en querer estar unido al blanco que no los quiere; «pero, ni el mismo blanco se quiere a sí mismo. El blanco quiere su dinero. Que nadie venga a quitarle lo que él mismo ha robado». James dice que su padre, si lo hubiera visto en uniforme, sería para que defendiera a los negros. Un guerrero que sabe lo que quiere. Que no se venda a la CIA... Su padre lo soñaba, si algún día él fuese capaz de no dejar la escuela y estudiara con denuedo, el primer médico de los Meredith. Guerrero espiritual. Gran consejero. Pero, al estudiar Ciencias Políticas, su idea es conocer la Ley y demostrar que la política es, a largo plazo, una medicina, «la que llamas Medicina Espiritual, Papá».

Su padre habría entendido que él quiera ser abogado. Esa es la meta por la que quiso ingresar este verano a la Universidad de Mississippi y, aún más, despuésd querrá ir a Columbia University. Espera que ya surja esta agresión que ha visto en el campus de Oxford Town. Que no tenga que comerse la uñas esperando un telegrama que diga un No al Día Uno, como Mississippi que prefirión hundir en violencia al campus antes que desistir de la segregación educativa.

4.

Alguien se lo dijo: «No abofetearás con guante negro la cara mi Gobernador». En meses fue el único blanco que le dirigió la palabra. Puso un diario del día sobre su mesa en la cafetería. Como siempre, James comía solo, aislado por los blancos y los extranjeros. Leyó el titular de la portada: Charges on Barnett dismissed by the 5th Circuit Court of Appeals. Nadie multará al Gobernador. Ninguno lo acusaría ni lo hallaría culpable, haga lo que haga. Ninguno debe llamarlo racista, aunque sea un homofóbico crónico. Después el estudiante blanco gritó, voz en cuello, el titular leído y los que daban sus espaldas a James Meredith (por la idea de no verlo) enderazaron sus asientos, se voltearon y miraron al que dio tal pregón. «No hay delito. Barnett es inocente». Aplaudieron y vitorearon, con mayores gritos, el nombre de Barnett. Manoteaban en las mesas y hasta tiraban servilletas humecidas hacia el negro.

El terminó su almuerzo, pero, por momentos, estuvo a punto de salir huyendo. Aquella cafetería universitaria parecía un circo pavoroso, encuentro con bestias de infiernos mitológicos. En las noches, hasta altas horas de la madrugada, sus vecinos de habitación en la sección de dormitorios, jugaban el baloncesto. Saltaban al parecer sobre el piso de maderas, rebotaban un balón en las paredes, todo para provocar a James y descubrir cuánto soporta de martirio. El balón disparado al mismo definía el impacto de un temblor con movimiento oscilatorio, capaz de echar el edificio abajo.

Por meses y meses, él vio cómo no fue bienvenido a ningún diálogo. Si se sentaba en una mesa en que estuviesen blancos, al segundo se levantaban a mudarse de asiento y su mesa quedaba vacía. Estaba olvidando lo que se llamaba sonreir y aquel don tan suyo de añadir a todo: Muchas gracias. Bendito sea usted. «Y pensar que Emmett perdió su vida por silbar, «qué niñas lindas», a mujeres de este tipo, elitistas, narcisistas, macabras, cómplices desvergonzadas de este síndrome de deshumanización y antipatía.

Por querer salir, con su diploma, cuanto antes, intensificaba su poder conscientivo y su memoria. Se graduó el 18 de agosto de 1963. Fue el resultado de meditar en una frase que le escuchó a Carmichael: «Un hombre que pierde la conciencia de pueblo pierde la conciencia de sí mismo». Por eso un día, saliendo del campus de Oxford Town, por un rato para quemar en un cigarro todas las penas, vio la escena más hermosa en años: «Los gorditos de su vecindario», esos manduletes que juegan en los parques llamándose «Bro» unos a los otros. Jóvenes negros de los que no han conocido aún las promesas decantadas y pomposamente publicitadas sobre la alta tecnología para el cuidado médico: son negros a los que nada se les cumplen. Ahora le han tratado de «Hermano», le han sonreído y cree que está en el paraíso. Alguien le dicho: «Bro, el cigarro mata» y después. «God bless you, bro!»

No todos son iguales entre los negros. Lo que iguala es el amor y la Doctrina de la Separación, dentro de la fantasmagórica igualdad, es la evidencia de que el amor está escaseando y vivimos en estado de emergencia. No todos son iguales entre los blancos. James ha ido a ver a un amigo nigeriano, vive fuera del campus, y le recuerda que los dos asesinos de Emmett fueron declarados inocentes y que deliberación de 67 minutos por parte del jurado fue una burla peor que la aecaecida con el Caso Scottsboro Boys en el decenio del '30.
Y él que perjuró que hay que hacerse guerrero, todavía no se ha asomado al Movimiento donde los guerreros no tienen ningún ancestro ni se basan en el color de la piel, o la cabeza chata, o la nariz de simio. El amigo de la NAACP telefoneó. Quiere que vea a estos manifestantes de los parques de Oxford Town. Son inspiradores, le ha dicho. También ya abundan en Chicago, Nueva York, Boston y se les observa en las playas, librerías, cines, museos, restaurantes y otros espacios públicos.

Hacen sit-ins. Silenciosos. Disciplinados. Bien vestidos. Cuando la Policía los arresta, hacen votos de jail-no-bail. No quieren que nadie las pague las fianzas y cumplen en la cárcel el tiempo del castigo. Defienden el Movimiento, o privan a éste del pago del gasto que implica que se merme sus fondos financieros por las fianzas.

«Por ahora hay que sufrir todos un poco».

5.

Le dijeron que No dos veces en 1961. Es joven y, por tal negativa, le duele el pecho como si fuera un negro cardiopatógico. Esta sociedad lo enferma. Está fuma que fuma. Se da cuenta de lo necio que fue él al irse al Army, donde se aseguraba que, tras su baja honorable, lo educarían para hacerlo un Guerrero Civil, ya no viendo mortandades. Le darían becas, le abrirían todas las puertas. Y él, se sustentó con esa promesa, entre 1950-1953. Unos se morían, él no. La oferta que se le hizo a 36,576 estadounidenses que murieron durante su servicio en la Guerra de Corea, fue la misma hecha a otros 17,670 que muerieron fuera del teatro de batallas.

Han sabido que James Meredith se va para Nigeria.

«Allá es donde debiste irte al nacer», le dijo uno al que creyó un hombre respetuoso, sin envidia, un profesor inspirado. Le ha entregado el diploma de la Licenciatura; pero James quiere más... «donde debíste irte al nacer». ¿Qué estupidez es ésa? Tiene deberes el que es libre y al Derecho de sus Libertades se atiene. Hay que tener un Día Uno aquí, antes de marcharse. Nigeria necesita un hombre libre; no que vaya el que ha nacido esclavo de nacimiento.

Las indias que parieron a sus ancestros se juntaron con esclavos y ya, cuando su generación fue negra, a este niño se le olvidaría su propia historia. Dijeron que se olvidó dell predicador Allen Wright, y de Joseph Dukes, que era el gran intérprete de los sueños e ideales de los Choctaw. Porque se fue a la Escuela, se educó hasta en el Colegio, ahora es digno de ingresar a esa escuela nigeriana...

James tiene suerte de que las tasas de sobrevivencia para infantes y niñajos hayan mejorado y que haya gente que haya creído en fundar un colegio para negros, así los que «ni entre ellos mismos son iguales están separados de los que lo son, ¿será eso?» Otros negros se han hecho adictos al tabaco, muchos más a la marihuana, adictos al azúcar, a la sal excesiva, a los óxidos nitrosos de las chimeneas y fábricas, a los humos del tráfico en la hora pico, y se cree mucho estrés por todo lo que se oye. Las promesas de la Tecnología Informativa es mera propaganda. «The mountain of corpses gets too high to be occluded by even the most refined techniques of the PR industry and the most lavish contributions to politicians».

Meredith quiere irse a Nigeria tan pronto salga con su diploma de marras. Alguien le escribió de la Universidfad de Ibadan en Nigeria. Ven por un grado de Leyes y el Movimiento lo espera. La semana siguiente, según lo había prometido, el 19 de junio de 1963, JFK presentó al Congreso el proyecto de Ley de Derechos Civiles. «Van a necesitarse muchos abogadospara que desmientan lo aquí se dice».

George Wallace, gobernador de Alabama, tampoco se ha salido con la suya. Obstruye ilegalmente la integración racial en la Universidad de Alabama y el Presidente John F. Kennedy envió suficientes fuerzas federales para retirar del camino al gobernador y permitir la inscripción de dos estudiantes negros. Esa misma tarde el mandatario se dirigió a la nación por TV y radio, con un discurso histórico sobre los derechos civiles. Al día siguiente, asesinaron a uno de los líderes. Medgar Evers en Mississippi. Y James Meredith está deshecho. Y ha escrito en unas cartas: «Aún no soy libre. Aún está insepulto el corazón de Emmett Till. Aún no puedo irme a Nigeria. Aún no es Día Uno de mi vida».

6.

Sin embargo, se fue. Y regresó y se matriculó en Columbia University. Y viendo que no cesaban las injusticias, un cinco de junio se lanzó a lo que llamar la Marcha Solitaria Contra el Miedo. Comenzó en Memphis y esperaba terminarla en Jackson, donde comenzó su deseo de ser libre en pleno siglo XX. Lo estuvo siguiendo uno de esos defensores de América y sus valores, su agenda de Separated, but Equal, viva el racismo, abajo Martin Luther King, Jr. y le dio tiro para que James sufriera en carne y hueso lo que Emmett, por si acaso no lo admiró lo suficiente... Fue en 1966 que pensaba en haber nacido en una tierra de asesinos y cobardes, negros gorditos, vacilones, cingadores, apáticos y viciosos, demasiado obesos para escapar de una lluvia de balazos o comarchar con anglos de la izquierda, que son los que sacan bandera militante.

Están cantando una canción de J. B Lenoir. Shot on James Meredith. Es la segunda canción que le han dedicado a las causas de un hombre educado, inspiración para los combativos.

Martin Luther King, Stokely Carmichael y Floyd McKissick han decidido un proyecto conjunto. El primero que se observara entre blancos y negros. Van continuar la marcha que James dejara interrumpida por causa del asesino «de paga» del gobierno. O el cobarde que, a escondidas, le echó par de balazos. Los manifestante irán de Memphis, Tennessee a Jackson, Mississippi, como lo había pensado aquel Pobre-Indio-Negro-A Son of a bitch, al final de cuentas.

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[Dr. James Meredith / herido en su Marcha Contra el Miedo, en 1966. Un francotirador lo dio por muerto.]


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