Sunday, March 2, 2008
Ideario
1. En un mundo de brutalidad e indiferencia,
donde se asoman divertida y socialmente
las gesticulaciones, viles complicidades,
apaños y gruñidos, que aprenda yo
el arte de la sobrevivencia: la serenidad,
el consejo y el diálogo.
2. Yo no quiero ser más fuerte que nadie.
Ni más listo ni más sabio ni más lento ni más veloz.
Si bendecir lo diverso sirve para algo, yo quiero
únicamente ser el que bendice. El que,
en medio del conflicto, busca
lo blando del corazón empedernido.
3. Uno no siempre puede tener lo que quiere.
Sea porque no sabe tenerlo o no lo supo querer.
Que aprenda yo, entonces, a querer.
Que no me falte un buen deseo.
Que pueda transmitir ésto a los que van
a la escuela con un gesto de crimen,
resentidos pandilleros.
4. La esencia del mundo es privación y sacrificio.
Precisamente lo que menos deseamos.
Quiero la valentía de ser lo necesario.
5. Asomé a un mundo medianamente cínico.
Un mundo sin bienvenida al prójimo
se ha transmitido a nuevas generaciones.
Cada vez más agresivamente se individualiza el ego
y se jacta ramplonamente de no querer
las solidaridades comprometedoras.
Al mundo ya TODO LE VALE igual,
por no decir, en nada.
Se grita: ¡No hay remedio!
6. Pues, yo caminaré contra-corriente.
Harto estoy de cuchilladas y agresiones.
Quiero que el mundo social sea mi bosque grato.
Aprenderé de benévolos espíritus,
de las ninfas en danza y tendré una sonrisa
desde niño y llegaré a la vejez, sonriendo.
7. Hay quien sólo mira dentro de sí mismo.
Será como un árbol en el bosque, que no sabe el paisaje.
Puede que haya muchas cosas dentro de un árbol;
pero, ciertamente, hay muchas más en el conjunto.
La suma valiosa de otros forma el bosque.
8. Este ideal es mío. Quiero ser un poco más
que aquel que apenas ve más allá de las narices.
Quiero unos ojos curiosos, quiere ver un poquito
del bosque y pensar, meditando en lo posible,
no exactamente en lo ilusorio.
9. Que la justicia es indispensable aunque no abunde.
Que el amor es consolador y lo único valiente.
Que la esperanza es resistencia. Sí, hay futuro.
Que todos aguardan con corazón abierto
porque no son los criminales ni los explotadores
ni los egoístas ni los victimarios.
10. Quiero un mundo de compadecidos
(sí que faltan los batalladores de este tipo)
porque el hambre no es voluntaria en ninguno.
Y si no se tiene vestido ni abrigo ni techo
no es porque a los menesterosos.
No siempre hay la estructura adecuada de un amor
que les tienda la mano; no siempre vencen
los intereses generosos.
11. ¡Cómo se rompen los hígados los individualistas
por cinco minutos de gloria, o una fortuna,
o el ego hinchado,o una seguridad, o un acomodo!
Sí, pues que tengan todo cuanto deséen
y que un poquito de su abundancia
les eduque, duela si se la quedan consigo.
12. Comprender que otros sufren, desigualmente
miseriosos y oprimidos... y digno es el dolor
con esperanza, y digno quien instrumenta
el fin de otros dolores, digna la solidaridad
que no se impregna con sangre, digno
cada gesto humanitario, del hombre generoso.
13. A los solitarios se los confunde con menospreciados.
A los inconformes con los conspiradores.
Es que en el mundo hay demasiados resentidos.
Hay media humanidad que su libertad han convertido
en torres de marfil, palacios de indiferentismo,
farándula del ego, orgías de confort y consumo.
14. La pobreza no es buena. Deshumaniza.
Desalma. Desespera. Sólo a veces se comprende
sus razones; hay que salir a verla y no esperar
a que muerda con muerte.
15. Luz quiero en la madurez del aislamiento.
Ojalá sea yo el que aprenda que no estoy solo
ni soy un resentido ni que merezco el desprecio.
16. Hallé que ninguno es tan feliz como dice.
Hay pocos valientes; viven por la gloria de su acto.
El premio esperan. Un pergamino. Un cheque.
En el mundo casi todos se vuelven miserables,
creyéndose felices, gloriosos y valientes.
17. Ser tiene un sentido y se lo da la existencia.
Agradeceré la existencia y el ser que va conmigo.
Es asunto de ser mínimamente agradecido
y no darlo todo por sentado para justificar la apatía.
18. Lo más importante que pueda aspirar
el alma, ya que metida está en el cuerpo,
es ser digna del pan que se come
y pagar el sustento con trabajo.
19. La ofensa más grande con que se oprime
a otro no es quitarle la vida por vía del balazo:
el daño que más temo es transformarlo
en ser parasitario, reducirlo al ser improductivo.
20. Házme filósofo, Vida, ya que me díste
un poema por corazón y un oficio académico.
Mis sujetos son los jóvenes citados en mi escuela;
son sus almas que escuchan;
házlos receptivos a mis idearios.
Házme digno de estar en sus vidas
como un educador asalariado...
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