Jamás el Gran Fornicador dejará de fornicar. El semen de Cronos nunca se acaba. El semen de Urano, o su sangre, nunca se acaba. Lo podrán castrar miles de veces y su sangre goteará, humedeciéndolo todo con las melias del bronce y la crueldad. La materia es la mujer que Cronos mastica, la obsesión orogenital que no se consume, el dolor que no se agota. No hay mundos de anti-materia. Hay una tristeza de la sustancia.
Esto tiene que ser así porque la materia es inagotable en profundidad, infinita en el espacio y eterna en el tiempo. Gea es la Eterna Paridora y Urano jamás descansa, con la escopeta siempre cargada. Es el Gran Fornicador. La mujer está acostada en la Tiniebla del Mundo. Siempre está de plácemes su barriga y su cama. Ovula a cada instante. Va de embarazo en embarazo como una Coneja y, aunque sus dolores de parto son infinitos, también su orgasmo es una eterna luna de miel. La materia es divina por causa de este dolor y su sexualidad se impregna de su tristeza y su alegría con su odio y su amor con su repulsión y su deliquio con más posibilidad de ansiedad y desdicha.
La eternidad vive en movimiento. Hay que danzar a veces con los dioses. Boreas viola a Oritia. Ofión a Eurinome. Los fluídos internos son caóticos. Mis neuronas son el radar de contínuas violaciones. Capto los gritos de los ultrajes a la Madre Tierra. Usted sabe, la mujer de nuestra carne, está siendo ultrajada, dividida infinitamente, por Cronos y Urano.
Los gallos hacen su parte. Fornican y fornican.
¿Cuál es la sabiduría del Tiempo?
Darnos la memoria de ese dolor con que Gea, o sea cada mujer sufre y goza, se abre de piernas para engendrar de su vientre la belleza; darnos la memoria de ese placer con que Urano cinga que cinga. Es la única norma que yo respeto: Urano se complace en manifestar a las partículas fundamentales, que son la sustancia eterna, sus espermas entitivas: bariones, mesones, fermiones y bosones.
10-08-1980
No comments:
Post a Comment