Friday, January 25, 2008

El zorro y el ángel


Un ángel conoció cierto Zorro,
yo conocí mi ángel, incierto ángel y él
mi sucio zorro, cierto zorro
que habita en los pantanos.

Entidad de cósmico desecho, cascarón roto
abandonado intencionadamente
por aquellos que deifican a las te(o)leologías
y místicas cooperaciones y fraternidades,
ese sucio zorro soy y él, incierto ángel.

Ciénaga alma, devoción de su pozo.
Nephesh, instinto animalizado.
El zorro se creyó maitreya, conocedor
del gran nivel de un potencial humano
y, ¿quién fue? ... mera lepra, cierto gusano,
supremo patógeno, malaria, aire malo
incubándose en lodo y lactándose
en la (g)lútea nalga de lo numinoso.
El animal soñó con cierto viento de Pneuma,
el arpa incierta del ruach (רוח), lo más hermoso.

Una noche el ángel descubrió
que, acaso, quise el alma, la voluntad
de espíritu, cierta victoria,
y me mordían las fuerzas tenebrosas
más obvias de mi mundo, la agresión,
el odio, el aislamiento, la tristeza.
Y dijo el Zorro, agradecidamente:
«¡Me hallaste!», Yo era el zorro y añadí:
«Por cierto que hallé un amigo.
Llega de algún lado de la Sabiduría.
De una Causalidad inexplicada».


Coincidencia divina, porque el Zorro
lo piensa, o lo invoca y lo dice.
Pero yo soy el Zorro, la materia bruta,
los sentidos, criatura hedónica-salvaje
y puede que no sea cierto y no haya ángel
ni milagro ni arcoiris por señal ni demonios:
«Hay variables ocultas y una fuente primaria
(inalcanzable fuente, Lodazal sin lodo)
y un orden en el Cosmos; hay algo más
que la miseria cierta, amago frustrante,
caos tan cierto, como el estímulo vulgar
de las temeridades y la indefensión,
que es madre del mordisco y las crueldades».


Y, sí, zorro como soy, hablé de una mirada
(tu mirada incierta, Angel) dizque limpia con luz,
opacidades. Y sobre un incierto alcoiris
después de aquella noche (tu alcoiris, ángel)
dije que me hablaste y pensé que te alojarías conmigo,
con esta cierta entidad de cósmico deshecho
(que soy y en las zorreras tiene su habitáculo).

Mas, ¿al rato del hallazgo y de comunicarnos
qué sucedió, incierto ángel, que híciste a cierto zorro?
¿Cuánto tiempo dura el amor (metafísico amor)
entre seres desiguales? ¡Me abandonaste!
Tú abandonaste al Zorro, tú que dices:
Soy cierto y mejor y supremo y divino
y universal y metafísico y cósmico trascendente...


¿Dónde te fuíste, sincronicidad, Alma de Aeon,
presencia de Gnosis femenina, Shekinah
de motel sideral y luna nueva y olvido?
¿Por qué ventana de conexión universal,
escapaste que la mía la cerraste?
Sí. Fui a tu puerta y la toqué y no abríste.

Tan insignificante soy ante Tu Rostro,
Peniel. Tuerces muslo y alma.
No me ves a la cara. Viras la espalda
y un poco más y escupes sobre mí
tu asco del mundo. Y yo, desconsolado.

¡Un ángel de fresa y oropeles, de media hoopla,
pandereta, algarabía del misticismo,
jaleo de velas y miel santiguadora, mágica.
Tras yo haberlo conocido, me ha dejado
sin remordimiento; se robó la pizca
de mi fe para hacerme más pobre.
Antes la tuve como mugre de mis propias pezuñas.
Hoy nada tengo, sólo la incierta memoria.
de un ángel selectivo, ícono de templos.
Un ángel que vive desnudo con sus alas.
Orgulloso de toda su pureza.
Cierto en sí mismo y sublime.

Y el zorro, incierto zorro de angustia.
se quedó en la Nueva Era del ocaso,
como pez traicionado en el Acuario
o en lo materialmente imperfecto de su ecología.
Por una inmensa ballena, zarandeado,
tragado por el hediondo pathos.
... porque el ángel no se inmuta, empero,
lo naufraga. No se amista con cualquiera.
Entonces, un tiburón celeste ha de ser
cierto ángel descrito por el zorro majadero.
Y la criatura de universos paralelos,
alma de los sistemas cuánticos,
no se entrega a los auditorios de los cazafortunas.
Con la data del Logos que
tan arduamente cede a ser manipulada
dejará doctrina; se burlará de los tontos,
chuscos de corazón, demagógicos campanudos.

¡Con la excepción de hoy!
No ser burlará de mí otra vez:
¡soy
el salvaje declarado!
Ya no quiero que vuelva
ni vincule mi mundo con el suyo.
Me defraudo con sus divinidades.


Del libro inédito: Teth, mi serpiente

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