Desde hoy, Amada, serás la ñorsa,
La mein, la efectiva y yo seré tu buey
y tu metal de plata, seré el segundón
de tu luna, y en el útero donde se gesta
la palabra, en el cuello de tu larínge,
empujaré el nabo violáceo,
jiruto sobre tu desnudez,
porque eres quinta y tapada
y de mi ojo de payaso no hicíste burla.
Seré yo quien ponga rata a tu Luz
(pero ya eres tú... ¡la Luna misma!)
y yo, tu sol opaco, evolutivo.
Ya me díste pan de pancho, pan bolillo,
pan ahogaperro, hic et nunc,
por mis traiciones y has sangrado,
durante la noche que más quise tu cuerpo.
*
No comments:
Post a Comment