Véte con otros, putilla
de bragas amarillas, házme triste.
No digas a nadie este secreto.
Calla o escucha, Sorge,
mi cuidado y el trato que nos dimos.
Para que seas en mí,
te robo ser y sufro.
Me adeudo en tí, me remuerdo.
En resolución anticipadora,
te olvido; pero en mi corazón
te amo todavía, año tras año,
y acepto lo que traigas,
trágico o fiel,
que venga tu ya-sido
y tu presente-ido de mis manos.
¡Quiero que me halles,
o me pierdas, Sorge,
porque te llevo conmigo,
coexistente de un ala,
comundana en el trino!
11-9-1981 / De Heideggerianas
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