y tus piernas me bastaron como espectro.
El alma se escurrió, tú sabes dónde.
El placer me sedujo camino a tus tobillos,
subía por pantorrillas, exquisitas,
de ósea envergadura, por tu causa.
Me gusta la caprichosa excelsitud
de tu epidermis y músculos,
tu ritmo y tus formas, tu tersura
que perfeccionan las simetrías
en lo extenso del mundo, lo manifestado.
¿Cómo bajaría del nalgatorio
(con que tú curvas espacios en el cosmos)
la escalera sin peldaños
que contacta pasos tuyos en la tierra?
Tus cimientos locales no tienen parangón;
pero ¡qué biológico andar, con dos columnas
que penetran en el cielo más ricamente
que en mis ojos, que te comen el ser-en-tus-piernas
con una precomprensión del ser, con metafísica!
¿Por qué no te conozco
y paseas delante de mis ojos,
tentación de mundo,
ángel del espectro y la maya,
raíz de sorbo inútil, por qué cantas
para la sorda inmundicia de los otros
que apenas sabe de oídas
de tus resplandores?
De Tantralia
No comments:
Post a Comment