al laberinto óseo,
al caracol que nos da altares
y tambores y martillos y túneles.
Oír es saludar al profeta
y al veedor tubular de los sonidos
en la Cóclea sagrada, tan oscura.
El navega en las aguas interiores.
Está abriendo los flujos de potasio.
Está llevando las axonas
del desierto
a la mágica alquimia
de los olivares.
7-14-1980
No comments:
Post a Comment