querré que me busque tu mirada.
Por algo hice la córnea
como ventana transparente
y al iris dí policromías para que cumpla
con las demandas y complacencias
de muchas multitudes.
Orgullosamente, sensible
al movimiento de mi boca, tú buscarás
mi beso hasta en el punto ciego
y en el lente cristalino
del fantasma lujurioso y cambiadizo.
Voy a encantar la niña de tus ojos,
tu alma que ríe, tu emoción
que llora y humece
el azul del firmamento.
19-9-1980
Del libro Hombre extendido
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