Thursday, July 19, 2007

Rezo de Torquemada, el Inquisidor

... el sistema inquisitorial mantuvo a España en cadenas por trescientos cincuenta años: Angel Alcalá


Yo, Tomás, creo en Dios,
mi Rey, y creo en el dios que hay en tí,
Fernando, y en la iglesia que te ama
porque del celo de Dios eres rey
y, por mi boca, amparas la gracia y la fe
en Castilla y Aragón.

Tú guardas al que cree en Dios y en tí,
pero entiende esta noche,
no todo el mundo ama con calidad
de gracia y fe, hurtan a Dios,
al Rey y a mí, celoso Inquisidor.

Yo, Tomás, te suplico que no vaciles.
Tus ovejas se fugan del redil
y con marranos comen de tu pastizal.
Entonces, deja que se vayan con su vanidad.
Aléjalos del puro sentimiento del Amor
que Dios, el Rey, dispensó en tí, mi rey,
y que, por boca de mi rezo,
yo guardo como al Fiel.

II.


Echalos de aquí, junto al jefe del Erario,
Abravanel que, por algo Alfonso V
lo echó de Portugal, él es íncubo,
corazón veneciano, cuervo
para las noches venéreas, sin Dios.

Guarda en tu puño real a los viejocristianos,
aún no contaminados con la simiente
de rabinos inaceptos para el Fiel de Judá.

Líbranos de las aljamas judías de Castilla
y de protegidos del Duque de Cardona;
escóndenos la cara del regidor mendaz,
Pérez Coronel y que no se repitan
los crímenes del Obispo converso de Segovia,
Juan Arias Dávila, ni el asesinato del ángel
de La Guardia, en Toledo,
porque judíos y conversos
están en conspiración
e invocan fórmulas mágicas
para destruir la Cristiandad
y el rey que Dios guarda en tí.

III.


Yo te confieso y te fortalezco
cuando me das tus flaquezas
y te glorifico, Fernando, cuando
a Dios pido por tí, mi dulce amado rey.

Escucha:
Mándalos al Africa o a las Indias.
Una voz de ángel dijo:
¡Que se vayan, que se vayan,
y que troquen aún sus ricas casas
por los asnos de sus partidas
y sus viñedos por una manta
o sandalias para sus caminos!

¡Que se vayan y lo dejen todo,
porque 300,000 de ellos viajarán a pie,
así lo quiso Dios, y serán otros 333,000
los que abrazarán el bautismo con mentís,
o saldrán una vez que sus corazones
sean pesados en la balanza del Oficio Santo!
¡Tu Oficio, oh Fiel!

Abre tu puño, déjalos ir no por las monedas
de Abravanel, no por las ganancias del Erario
que compensará a tus nobles aliados.
Déjalos marchar, de un confín a otro confín...
¡por la fe y la obediencia de Dios
que es la que alimenta tu mandato!
Que yo, en nombre de Dios, te justificaré.

IV.


Fernando, el ángel dijo más...
porque ha de ser Tu Reino la envidia
de los mundos: expúlsalos, sin misericordia,
y que se vayan con las manos vacías
(porque sólo el corazón debe quedar lleno
y Dios ser su abundancia y lealtad,
su signo servicio, tributo a tu trono).
Ha de ser Europa quien redima a Israel.

Como fue tu mandato para la diócesis
de Teruel, Albarracín y Saragossa:
¡Mátalos, quémalos, tortúralos,
júzgalos, házlos prisioneros!
como en la Guerra de Granada
y vélos como a infieles.
En Málaga han sido infanticidas
de La Guardia y burlan al Cristo nazareo.

No tengas pena por los tornadizos,
en apariencia, conversos;
pero cuyo corazón sigue como hollín
del infierno; sufrirán como perros,
así Dios lo quiso, pero volverán de rodillas,
sumisos, blanqueados, aceptos de Dios, al fin...

5-3-1989

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