(que son chavasca, leña menuda
del monte de la Urania),
el secreto que vive confeso en el chincual
y quiso voces de azúcar,
aunque morena sea la piel del sol
y el sabor de la chincaca y el pisto,
el secreto que halló la piedra,
y con ella se hizo denso,
el músculo del habla y el teótl,
se enredó en el coral,
esqueleto calcáreo
y no halló la espesura de los ríos.
No vio la fluidez
de los radionucleidos
que se van a la jungla
ni su estallido de luz maravillosa.
¡Qué tristeza de luz
tiene la sombra!
9-1-1980
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